En pocos años, las redes sociales se han vuelto parte fundamental no solo de nuestra vida, sino también de gran influencia en nuestro desarrollo laboral. Incluso, se dice que en un futuro estas podrían tener un peso mayor que la de un currículo cuando se trate de encontrar trabajo.
El caso Twitter es muy peculiar. Esta se ha convertido en una de las redes sociales con mayor impacto en los últimos tiempos. A diario, la cifra de usuarios que se unen e interactúan aumentan de forma vertiginosa, generando así entre la comunidad académica y profesional una fructífera relación.
Dime a quién sigues – y quiénes te siguen- y te diré si te mantienes o no en mi empresa. Hoy esta frase cobra sentido. Mientras nuestro entorno nos etiqueta según las compañías en las que trabajamos, también se podría hacer en función de los seguidores que tenemos.
Las empresas, los reclutadores y hasta tus compañeros de trabajo tendrán una imagen tuya influenciada por los contenidos que compartes y los contactos con los que te relacionas.
El hecho de contar con una comunidad de seguidores muy amplia, no quiere decir que esto pueda acercarte al éxito profesional. Por ello, debes prestar atención en la calidad antes que la cantidad. Es mucho más enriquecedor seguir a quiénes te aporten con información y nuevos conceptos que a simples aduladores.
‘Amigos’ de Twitter
Entre las personas con las que podrías interactuar en Twitter, debes tener en cuenta ciertos perfiles:
Líderes sociales. Son aquellos considerados “líderes de opinión”. Son bastante conocidos y una potente marca personal. Se diferencian por expresarse de manera particular al momento de transmitir sus ideas y cuentan con una gran reputación tanto en la vida dentro y fuera de redes.
El innovador. Siempre aporta cosas nuevas o visiones diferentes que suman en conocimiento sobre temas de interés público.
El tendencias. Si hay algo nuevo, será quien lo tenga en su timeline. Quizá use mucho los hashtag.
El ‘trainer’. Está especializado en una sola materia y propone ideas de éxito, así como nuevas formas de trabajo y si le preguntas siempre te aporta su punto de vista para que puedas mejorar.
El “que no se pierde nada”. Actúa como fuente de información, publica noticias y actualiza su perfil con la última hora informativa.
Contactos neutros. Entre ellos está el “transmisor de información”, que no genera valor pero mueve contenidos y da vida a la red; el “retuiteador nato”, que no crea nuevo contenido pero hace RT y mueve las informaciones de los demás; o el “mirón”, que no se deja ver pero te lee a diario.
El famoso. En el mundo pre-internet existía un tipo de personaje que trataba de hacerse la foto con gente famosa. En Twitter es aquel que trata de ser citado por alguien “importante” o tuitstar. Busca el Efecto Halo, asociarse a cualidades ajenas.
El ‘gurú’. Es el más odiado de todos… Pero es al que “hay que seguir”. Se limita a publicar sus contenidos. Retuitea poco o nada. Sigue a poca gente. Casi no interactúa. Hay que tener cuidado sobre todo con aquellos gurús que se hacen pasar por líderes de opinión.
El ‘troll’. Sólo lo está para provocar controversia donde no la hay.
El agresivo. Su tono y manera de comunicarse es maligno y sólo persigue provocar.