(Bloomberg).- El futuro de la construcción de viviendas en Estados Unidos depende de más personas como Cyndicy Yarborough, ex empleada de Wal-Mart de 26 años, sin experiencia en la construcción.
En Blueprint Robotics en Baltimore, Yarborough trabaja en una fábrica que construye casas como si fueran automóviles, en una línea de ensamblaje, usando robots que disparan miles de clavos sobre postes todos los días y nunca erran.
Yarborough opera una máquina que levanta los pisos y las paredes y los embala en un camión de plataforma, el paso final antes de la entrega en un sitio de desarrollo donde serán ensamblados.
“Me gusta ser parte de algo nuevo, a la vanguardia”, dijo Yarborough, madre soltera que se incorporó a Blueprint en mayo pasado.
[Yarborough usa una máquina que apila paredes, techos y pisos antes de su entrega. Foto: Bloomberg]
A pesar de las inquietudes de que la automatización está eliminando puestos de trabajo, empresas como Blueprint realmente están ayudando a mitigar una escasez de mano de obra que ha restringido la construcción de residencias y propiedades comerciales en todo el país.
Las plantas permiten a las promotoras inmobiliarias llenar el vacío con la construcción de casas y edificios de apartamentos en un sitio externo, por menos dinero y en una fracción del tiempo. Incluso Marriott International Inc., el mayor operador hotelero del mundo, está recurriendo cada vez más a la construcción modular para algunas de sus propiedades.
Legos gigantes
Para satisfacer la creciente demanda, se están abriendo plantas de alta tecnología y las fábricas más viejas que se cerraron tras el colapso del mercado de bienes raíces de la década pasada —muchas en lugares como zonas rurales de Pensilvania, donde los costos laborales son baratos— están siendo revividas.
Las firmas de construcción contratan las fábricas para la manufactura de casas en secciones, las cuales son transportadas en camiones, luego colocadas en cimientos por grúas, como Legos gigantes. A veces los módulos son habitaciones totalmente enmarcadas, que incluyen cabinas de duchas con revestimientos de azulejos y cocinas gourmet.
“Esto ha de ser la ola del futuro: de lo contrario, no sé cómo resolveremos la escasez de mano de obra”, dijo John Burns, consultor de construcción de viviendas en Irvine, California. “Lo que impulsa la construcción modular es la capacidad de construir la casa de manera más rentable”.
[Un electricista revisa su plano en la fábrica robótica de Baltimore. Foto: Bloomberg]
Las constructoras de viviendas en Estados Unidos dicen que la escasez de mano de obra es su mayor reto, y que ello está haciendo subir los costos en una media de hasta 5.2%, según encuestas de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas/Wells Fargo del año pasado.
Las propuestas del presidente Donald Trump de reprimir a los trabajadores indocumentados pueden ceñir incluso más el sector, que depende en gran medida de la mano de obra inmigrante.
La idea de transportar casas en secciones prefabricadas se remonta a los primeros años del siglo XX, cuando los propietarios podían comprar kits de un catálogo de Sears, Roebuck & Co. para su montaje en sus lotes recién adquiridos. En las décadas de 1980 y 1990, la construcción de casas de bajo costo en fábricas se volvió cada vez más popular, de acuerdo con Gary Fleisher, quien realiza un blog para la industria llamado Modularhome.com.
Las plantas actuales son capaces de producir viviendas más grandes con diseños más elaborados. La fábrica de Blueprint en Baltimore es una de las primeras en Estados Unidos en utilizar robots, dijo Fleisher.
Un creciente número de edificios multifamiliares, residencias estudiantiles y hoteles de mayor altura se construyen en fábricas. Éstas también producen mansiones que se venden por millones de dólares.