TEMAS DE CONVERSACIÓN
Entre 1980 y 2012, el número de tareas en el lugar de trabajo que requieren habilidades sociales aumentó 24%, las que requieren habilidades matemáticas solo aumentaron 11% y las actividades que requieren habilidades rutinarias han declinado constantemente, según David Deming, profesor asociado de la Escuela de Posgrado de Educación de Harvard.
Aunque esto pudiera indicar que la gente debería enfocarse un poco menos en las matemáticas, ese no es necesariamente el caso. Tal como escribe Nicole Torres en HBR.org en su síntesis de la investigación, la gente con habilidades sociales y matemáticas tiende a ser ganadora en el mercado laboral actual.
Pero, finalmente, tener habilidades sociales permite que una persona sea flexible y se adapte a las circunstancias cambiantes en el trabajo, lo cual es una enorme ventaja, hasta que las computadoras también resulten buenas en eso.
(Fuente: HBR.org)
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En el mundo editorial, el cambio a lo móvil aporta ingresos más bajos
Aunque las casas editoriales están viendo un drástico incremento en las audiencias en los teléfonos y las tabletas, los ingresos por publicidad debidos a esos equipos han sido elusivos, según The Wall Street Journal. Por ejemplo, más de la mitad de las visitas a los sitios web de The New York Times Co. actualmente proviene de usuarios móviles, pero los ingresos asociados solo constituyeron 15% de los ingresos por publicidad digital de la compañía durante el segundo trimestre de 2015. Los anunciantes se resisten a comprar anuncios en dispositivos móviles, en parte porque los mecanismos para enfocarse en los clientes funcionan con más deficiencia en los teléfonos inteligentes y las tabletas que en las computadoras de escritorio, dice el Journal.
(Fuente: The Wall Street Journal)
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Las bestias míticas se vuelven comunes en Silicon Valley
No hace mucho tiempo, apenas unas cuantas empresas emergentes, como LinkedIn y Facebook, alcanzaban valuaciones de mil millones de dólares antes de cotizarse públicamente. Actualmente, al menos hay 131 empresas de más de US$ 1,000 millones, según The New York Times. Aileen Lee, una inversionista que acuñó el término “unicornio” para describir a dichas firmas, dice que una razón para que las valuaciones sean más altas es que los emprendedores ahora consideran que industrias grandes como la hospitalidad (Airbnb) y el transporte (Uber) son blancos convenientes para las empresas emergentes.
(Fuente: The New York Times)
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Una interrupción puede hacer que un mensaje sea más convincente
Los participantes de una investigación a los que se les había hablado de una nueva marca de trufas de chocolate oscuro se mostraron dispuestos a pagar aproximadamente 50% más por el producto si la descripción verbal del producto era interrumpida durante 15 segundos mientras que la persona que lo describía daba direcciones a un extraño, afirman la estudiante de doctorado Daniella Kupor y el profesor de mercadotecnia Zakary Tormala de la Universidad de Stanford.
Este y otros experimentos demuestran que una pausa momentánea al azar en medio de un mensaje puede incrementar su impacto persuasivo. Una interrupción incita a la curiosidad de quien escucha, intensificando el procesamiento mental, aseguran los investigadores.
(Fuente: Journal of Consumer Research)
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Quizás se sienta mejor por haberse comido una galleta si ésta tiene dibujada una cara
En un experimento, la gente que hacía dieta se sintió menos en conflicto por comerse una galleta si a ésta le habían puesto con crema pastelera dos puntos para simularle los ojos, una línea para dibujarle la boca y un nombre; en promedio, registraron 3.23 puntos en una escala de sentimientos encontrados del 1 al 7, contra 4.25 si les habían dado una galleta sencilla y sin nombre, dice un equipo encabezado por Julia D. Hur, estudiante de doctorado de la Escuela Kellogg de la Universidad del Noroeste. No es que a la gente le guste más la comida sometida a antropomorfismo (hecha para que parezca humana), sino que la gente parece sentir menos responsabilidad por haber optado por comérsela, dicen los investigadores. Los motivos para esto no están claros.
(Fuente: Journal of Consumer Research)
Distribuido por The New York Times Syndicate