“Yo sé qué haré en mi día entero con una semana de anticipación”

El gerente general de Pandero llegó a su firma en un momento de cambio. Solo tres meses después de contratado le ofrecieron el puesto más importante. No fue un encargo fácil.

(Foto: Manuel Melgar)
(Foto: Manuel Melgar)

¿Cuánto le tomó hacer línea de carrera en Pandero?
Pues dos o tres meses. Entré como gerente de administración y finanzas, porque ahí estaba mi expertise.

Eso es rápido. ¿Qué factores fueron determinantes?
Mi entrada coincidió con la decisión del directorio de que debía haber un cambio en la administración de la empresa, y en octubre del 2006, cuando llevaba ese tiempo en la firma, me ofrecen la gerencia general.

Un nuevo rumbo implica nuevas metas. ¿Qué esperaba la firma de usted?
Creo que esperaban una línea de corte financiero. Había un encargo, no sé si principal, pero sí muy presente y urgente de un mayor ordenamiento general. Los primeros meses los dediqué a ordenar la casa, crear procedimientos, nuevas áreas, traer nuevas personas, dejar ir a otras.

¿No era un encargo fácil?
No, no lo era, pero ordenar la casa implica todo este proceso que logró que en este momento facturemos casi cuatro veces más que nuestras cifras del 2006. Hubo que hacer muchos cambios.

Su oficina no parece tener nada fuera de su sitio. ¿Hasta ahí llega su lado planificador y de ordenamiento?
Puede ser, soy ordenado, pero debo ser honesto y decir que no es mi naturaleza, me cuesta serlo, puedo a veces dejarme ir y el escritorio se desordena. Pero me recupero muy rápidamente.

¿Qué cambió en su rutina de trabajo al asumir el cargo?
El lado comercial de una empresa como Pandero fue un cambio en mi estructura de trabajo. En Pandero, la fuerza de ventas es lo más importante. Empecé con las reuniones con los gerentes de venta y pedirles su apoyo, porque un gerente general no lo sabe todo y requiere apoyarse en aquello que no domina. Ahí la clave es elegir a la persona precisa y capaz para el cargo.

¿Cómo se motiva, se convence a quien conoce todos los trucos del discurso: a un vendedor?
Pues sin ellos, sin tener trucos, sino con un discurso sincero y sobre todo en confianza, no puedo usar un discurso acartonado.

¿Ser más coloquial, usar el carisma?
No necesariamente. Creo que el vendedor, que sabe los trucos, reconocería un falso discurso que pretende ser coloquial, no puedo mostrarme con un carisma diferente del mío. La confianza sí es vital.

¿Cuida mucho su agenda?
Trato de que mi agenda esté muy clara en cinco temas importantes sobre los que la empresa gira. Yo creo en el planeamiento estratégico a todo nivel. Yo sé qué haré en mi día entero con una semana de anticipación. Pero claro que puedo hacer algún cambio, no soy inflexible.

¿Trabaja hasta muy tarde?
Ha sucedido, creo que puedo hacerlo mejor, pero creo que he logrado un buen balance con respecto a las horas que le doy a mi familia. No creo que sea algo sostenido, ha habido momentos de varios días de llegar tarde a casa.

¿Cambió su rutina?
No, a ese punto no. Mi rutina ha cambiado más ahora que mis hijos han crecido, cuando me he mudado, pero mi trabajo no ha cambiado eso.

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