PEKÍN, (Reuters).- China y Estados Unidos delinearon una “visión común” para asegurar un ambicioso acuerdo climático global a fin de año, pero los expertos dicen que una promesa central de Pekín para establecer un mercado nacional de carbono no cambia las cosas.
También lea: Obama quiere más ambición en la lucha contra el cambio climático
En un comunicado conjunto realizado durante la visita de Xi Jinping a Estados Unidos, China confirmó que lanzaría un esquema de intercambio de emisiones en el 2017, forzando a los grandes emisores a comprar créditos para cumplir las metas de reducción de dióxido de carbono (CO2).
Estados Unidos y China, los dos mayores países emisores de gases de efecto invernadero, también acordaron mantenerse unidos durante una ronda crucial de conversaciones sobre un nuevo acuerdo que comenzará en París a fines de noviembre, acordando que las metas de las emisiones deben “aumentar en el tiempo”.
No hubo medidas específicas nuevas de ninguna de las partes, sin embargo están las promesas hechas en noviembre pasado, cuando China dijo que sus crecientes emisiones llegarían a un punto máximo “alrededor de 2030”, mientras Estados Unidos prometió recortar sus propias emisiones de CO2 en un 26-28 por ciento para 2025 comparado con los niveles de 2005.
“No subestimaría la importancia de este tipo de trabajo conjunto”, dijo Bret Harper, director asociado de investigación en la consultora australiana sobre energía limpia RepuTex.
“Pero en términos de sustancia pura, realmente no hubo ningún nuevo anuncio más allá de algunas cosas vagas sobre lo que China quiere hacer en el sector energético y un potencial vínculo con los mercados de carbono en el futuro distante”, agregó.
La Conferencia de las Partes (COP) del 30 de noviembre al 11 de diciembre en París será el último intento de los líderes mundiales para forjar un acuerdo que busque evitar más olas de calor, inundaciones y aumento del nivel del mar tras el fracaso de las conversaciones en Copenhague en 2009.