Por Manuela Zurita
“El Perú ha sido una aventura positiva para nosotros”, afirma Ankur Prakash, vicepresidente y chief operating officer de Tata Consultancy Services (TCS) para Latinoamérica. El ejecutivo, de origen indio, visita el país cada dos meses desde el 2010, cuando la firma especializada en servicios de tecnología de la información inició operaciones locales. No es mucho tiempo.
El mercado peruano ha sido el último al que TCS, parte del gigantesco grupo Tata y una de las mayores firmas de IT del mundo, ha ingresado en la región. El primer desembarco fue en Uruguay hace ya una década. Hoy, también está presente en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y México.
Aunque el Perú sea el último mercado al que la firma ha llegado y represente todavía una parte menor de las ventas en América Latina (que significan alrededor del 5% de los ingresos globales de TCS), Prakash explica que el mercado local es uno de los que crece a mayor velocidad para la empresa. El dinamismo es prometedor. En los próximos tres años, TCS proyecta crecer de manera agresiva a tasas de doble digito, aunque sin precisar un estimado concreto por las políticas de disclosure de la compañía.
TCS planea expandirse en el país con una estrategia que –a diferencia de las cifras– no es secreta. Según Prakash, es la misma que ejecuta la firma en todo el mundo: ofrecer un servicio vertical y calidad global a las empresas con las que trabajan. La clave del éxito está en ser selectivo a la hora de aceptar un proyecto. Esto implica hacer listas cortas de potenciales clientes.
La lista en el Perú está hecha, pero no cerrada. En dos años, TCS ha trabajado con grandes firmas del sector financiero, telecomunicaciones, minero, manufacturero y retail. El ejecutivo guarda con celo las identidades de sus clientes, pero el BCP ha revelado ser uno de los más importantes, con una millonaria inversión en outsourcing de sistemas.
El próximo horizonte de TCS es el sector público. “Estamos empezando a explorar en dónde podemos agregar valor. Estamos evaluando, hablando, discutiendo y haciendo sesiones de brainstorming con ejecutivos del gobierno para ver dónde hacer un match”, dice.
La estrategia de TCS también contempla invertir en el que Prakash define como su mayor activo: los recursos humanos. Al menos 300 personas trabajan para atender a la casi decena de clientes peruanos y este año se proyecta agrandar el equipo. Además, según el ejecutivo, la empresa alista la ampliación del centro de desarrollo que posee en Lima. “Las civilizaciones estaban cerca de los ríos. Nosotros estamos cerca de las universidades”, explica.
Y aunque no descarta la posibilidad de que la compañía se abra mercado a partir de adquisiciones locales que le aporten “valor” a su modelo de negocio, todavía –recalca– no tiene ninguna en la mira. Lo que sí baraja es la posibilidad de ampliar su portafolio de soluciones: en el Perú solo ofrecen cuatro de los 15 servicios de los que dispone TCS para otras regiones: desarrollo, mantenimiento y soporte de aplicaciones, infraestructura tecnológica, optimización de procesos y consultoría.
Prakash asegura que el Perú ya está listo para más: digitalización, movilidad y big data. Eso es lo que está llegando. Al parecer, la aventura recién empieza.