(Bloomberg).- British Airways y representantes de la tripulación de cabina mantuvieron este lunes conversaciones destinadas a evitar huelgas que afectarían a miles de pasajeros que viajan hacia y desde el Reino Unido para Navidad, en tanto el Gobierno de la primera ministra, Theresa May, choca con los sindicatos por una oleada de medidas en diversos sectores.

El sindicato Unite y BA, una división de IAG SA, acordaron reunirse en Londres en un intento de resolver un conflicto por el salario y las condiciones de trabajo antes de que hasta 4,500 empleados del Aeropuerto de Heathrow abandonen su trabajo los días 25 y 26 de diciembre, dijo en un comunicado el Servicio de Asesoría, Conciliación y Arbitraje (Acas, por su sigla en inglés).

British Airways dijo separadamente que implementará “planes de contingencia detallados” para asegurarse de poder operar el cronograma completo durante el período festivo independientemente del resultado de las conversaciones, con las cuales los asistentes de vuelo intentan mejorar una oferta de suba salarial de 2% este año.

“Nos estamos asegurando de que este intento de arruinarles la Navidad a miles de nuestros clientes fracase”, dijo Alex Cruz, que encabeza la división. Si bien BA tiene 16,000 tripulantes de cabina, los que están involucrados en el conflicto trabajan en diferentes tipos de aeronaves, de manera que una huelga impactaría tanto las rutas cortas como las de largo alcance. Unite dijo que las negociaciones continuaban a primeras horas de la tarde.

La huelga en la mayor aerolínea del Reino Unidos es parte de una serie de conflictos en diversos sectores que han afectado al país en esta temporada de las fiestas de fin de año, y hay ceses de tareas programados para la red ferroviaria, el servicio postal y el manejo de equipaje en aeropuertos. BA no ha sufrido ninguna huelga desde la última medida de fuerza de la tripulación de cabina en el 2010. Aquel conflicto, por el que hubo 22 días de huelga en un año, terminó en derrota para los sindicatos en 2011 cuando los trabajadores aceptaron un acuerdo que incluía drásticos recortes salariales para los nuevos contratados.

Cuestionan motivos.
Los políticos han exhortado a los trabajadores a reconsiderar lo que se ha denominado “la Navidad del descontento” –por “el invierno del descontento” en 1978-79 cuando el Reino Unido quedó paralizado por huelgas–, en tanto miembros del gabinete de May reaccionaron con preocupación a los informes de que el verdadero objetivo de la medida no son los empleados, sino el Gobierno conservador.

Los ministros dicen sentir que las huelgas tienen motivos políticos, ya que los sindicatos financian al opositor Partido Laborista.

Un informe del periódico, The Sunday Times, sostuvo que Sean Hoyle, presidente del sindicato ferroviario RMT, habló de usar las huelgas ferroviarias de la región sur para derribar al Gobierno conservador, una denuncia que el sindicato ha desmentido. David Gauke, primer secretario del Tesoro, dijo que la denuncia era “más evidencia” de que los sindicatos estaban “motivados por objetivos políticos y no por la seguridad de los pasajeros”.

Mick Cash, secretario general del sindicato RMT, dijo que los afiliados preferían estar trabajando, pero tenían genuinas preocupaciones de seguridad. “Somos un sindicato industrial serio, y no parte de alguna conspiración para derribar al Gobierno. Estamos atentos a las inquietudes de nuestros miembros por la seguridad en los ferrocarriles”, dijo Cash a Pienaar’s Politics en BBC Radio 5.