(Bloomberg).- Carlos Slim proyecta invertir más en países como Brasil y Perú aumentando al mismo tiempo las apuestas en sectores como la energía en tanto la presión regulatoria en México divide su activo más preciado.
Después de que dos décadas de inversiones en el negocio telefónico de México lo incorporaron a las filas de las personas más ricas del mundo, Slim dijo esta semana que su América Móvil SAB se doblega ante la legislación antimonopolio vendiendo activos en México para reducir su cuota de mercado dominante.
No obstante, Slim dijo en una entrevista reciente que es optimista con respecto a México y el resto de América Latina y que proyecta reorientar sus inversiones para aprovechar los costos de financiamiento cada vez más bajos.
“Considero con optimismo que con las tasas de interés bajas a largo plazo, las oportunidades para invertir en nuestros países son significativas”, dijo Slim, de 74 años, en una entrevista esta semana en su oficina del barrio de Lomas en Ciudad de México, antes del anuncio de desguace de América Móvil. “Debemos aprovechar esta gran oportunidad mientras dure”.
Si bien América Móvil reducirá su dependencia del mercado interno, hace años que el segundo hombre más rico del mundo viene diversificándose fuera de México y las telecomunicaciones con tenencias en la banca, la minería y la construcción.
Ahora, Slim dijo que proyecta poner más dinero en energía, infraestructura y bienes raíces en toda América Latina, particularmente en Brasil, Colombia y Perú. Las telecomunicaciones también continúan siendo atractivas fuera de México, dijo.
“El dinero disponible hace que los proyectos en los que estamos trabajando sean viables y en eso estamos invirtiendo”, dijo Slim.
Economía, béisbol
Slim trabaja en la sede central de la empresa de servicios financieros Grupo Financiero Inbursa SAB, donde una escultura de Salvador Dalí recibe a los visitantes que suben la escalera desde el hall. Obras de su colección personal decoran su oficina, y una biblioteca revela su interés por la teoría económica –y el béisbol.
Se ve allí una inspiración inicial, “How to Be Rich” de J. Paul Getty, junto a “Moneyball” de Michael Lewis, “Parkinson’s Law” de Cyril Northcote Parkinson y “Mr. Baruch”, de Margaret Coit, una biografía del financista Bernard Baruch.
Slim, que cree firmemente en el libre comercio y en el trabajo conjunto de los sectores privado y público para el desarrollo de infraestructura, suele promocionar a América Latina como un buen lugar para invertir en tanto las clases medias emergen y aceleran el crecimiento económico.
También elogia los beneficios de “semanas de trabajo”: http://gestion.pe/tecnologia/fundadores-google-plantean-acabar-semana-laboral-40-horas-2102631 más cortas, lo cual ayuda a mantener los niveles de empleo, y edades de retiro más tardías para reducir la presión sobre los fondos de pensión y el sostén estatal.
Julián
Slim, que reconoció el valor deprimido de las empresas mexicanas durante la crisis financiera de los años 80 e invirtió en activos que iban de embotelladoras a fabricantes de cigarrillos, buscó oportunidades similares en los dos últimos años en Europa dado que la restricción del consumo y los precios de los activos en baja le abrieron una ventana de oportunidad para invertir a bajo costo.
Heredó la costumbre de aprovechar los respiros económicos de su padre, Julián, que en la década de 1910 compró bienes raíces en el centro de Ciudad de México cuando el país estaba involucrado en una revolución en la que el gobierno combatió a varios grupos insurgentes durante más de un decenio. En la oficina de Slim hay colgada una foto de Julián, un inmigrante libanés llegado a México.
Las tenencias de Slim se incrementaron hasta abarcar siete empresas cotizadas en bolsa que él controla en México, como Inbursa, el vendedor minorista Grupo Sanborns SAB y la compañía minera de oro y plata Minera Frisco SAB.
Fuera de México, tiene una participación del 8% en New York Times Co., que lo habilita para adquirir más acciones, y acciones en el productor petrolero argentino YPF SA. Inbursa adquirió un banco pequeño en Brasil este año para crecer fuera de México, y Grupo Carso SAB, el holding de Slim, está haciendo exploraciones petroleras en Colombia.
Menos dependiente
América Móvil también creció, con operaciones en 17 países, desde los Estados Unidos hasta Chile. Tiene, asimismo, participaciones en dos operadores europeos, Royal KPN NV y Telekom Austria AG, donde se presentó a una licitación por acciones en circulación que vencieron ayer.
Dado que 60% de las ventas de América Móvil tienen lugar actualmente fuera de México, en comparación con 29% en 2002, la fortuna de Slim depende menos de su país natal que antes.
Que Slim figure entre los más ricos del mundo ha sido motivo de orgullo para muchos mexicanos, que lo consideran un símbolo del surgimiento del país como potencia económica.
Al mismo tiempo, voces críticas como la de Emilio Azcárraga, máximo responsable ejecutivo de Televisa, y de Ángel Gurria, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, lo han acusado de dirigir un cuasi-monopolio, instando al gobierno a sancionar una legislación que mantenga a raya su control sobre siete de cada 10 usuarios de teléfonos móviles.
Esta semana, los legisladores mexicanos aprobaron un proyecto de ley para generar más competencia en las telecomunicaciones, fijando restricciones sobre los precios, requisitos para la infraestructura accionaria y la opción acordada a las empresas dominantes de proponer sus propios desguaces para reducir su cuota de mercado por debajo del 50 por ciento. La ley necesitará el apoyo de Peña Nieto.
Plan de división
Para cumplir con ese umbral, América Móvil deberá ceder más de 20 millones de usuarios y 4 millones de líneas fijas. El plan de división es la culminación de años de esfuerzos frustrados realizados por el gobierno de México para frenar la dominación de América Móvil.
Cuando Slim adquirió el control de Telmex, la pequeña unidad de telefonía móvil de la empresa tenía 35.000 abonados, detrás del líder del mercado, Iusacell. Slim vio una oportunidad y creó un mercado para el servicio de telefonía móvil tomando como modelo las tarjetas prepagas que los usuarios de Telmex compraban en las tiendas de almacén para usar los teléfonos pagos.
Replicó ese modelo inalámbrico prepago en toda América Latina, gracias a lo cual América Móvil se convirtió en el mayor operador de la región, aventajando a Telefónica SA.
Las regulaciones ya han tenido un efecto financiero en la empresa de Slim. El margen de América Móvil sobre la base de las ganancias antes de interés, impuestos, depreciación y amortización cayó en los cinco últimos años desde 39,7 por ciento hasta 32.6%, desde el promedio del sector hasta por debajo de la media.
Entre los 10 operadores de telecomunicaciones más grandes del mundo, América Móvil era hace cinco años el segundo más rentable. Ahora ocupa el quinto puesto, según datos recopilados por Bloomberg.
Si bien corresponde a América Móvil determinar qué activos venderá para adaptarse al nuevo régimen regulatorio, también puede aprovechar la oportunidad de evaluar nuevas inversiones para realizar con el producto de la venta, según analistas de Royal Bank of Canada.