(AFP) Los empleados en Venezuela de Kimberly-Clark procesan la poca materia prima que les queda, tras la decisión del gobierno de entregarles el control de la planta del fabricante estadounidense de productos de higiene personal.
Un puñado de operadores industriales uniformados activaba este lunes una línea de producción de toallas sanitarias con los insumos que alcanzarán para seis semanas.
Esto, en medio de promesas gubernamentales de ayuda para normalizar la producción, a finales de año, en la factoría de Maracay (estado Aragua, centro), donde además manufacturan papel higiénico y pañales, muy escasos en el país petrolero.
“Apenas una línea de producción, de once que tiene la fábrica, está activa. Eso es un engaño”, declaró uno de los trabajadores a la AFP bajo condición de anonimato.
Se refería al anuncio del presidente Nicolás Maduro, el pasado 11 de julio, de que la planta volvía a abrir sus puertas.
El complejo cesó hace dos semanas su producción, alegando un deterioro de las condiciones económicas, fundamentalmente por la falta de materia prima importada.
La empresa avisó en los primeros días de julio a unos 900 trabajadores que serían despedidos, comentaron éstos.
Incertidumbre*
Unos 150 de esos operarios acuden a diario a la planta para hacer constar su presencia en caso de que paguen salarios, y para tratar de averiguar qué ocurrirá con sus puestos.
“Aquí estuvieron el gobernador (de Aragua) Tareck El Aissami, y un viceministro del Trabajo”, declaró uno de ellos. Pese a estas visitas, desconocen cuándo volverán a recibir su sueldo.
Este lunes, en la fábrica, el diputado oficialista y exministro de gobierno Ricardo Molina denunció que los anteriores gerentes cerraron la producción como parte de la “guerra económica” que, según el chavismo, lleva adelante la oposición para desestabilizar a Maduro.
Molina anunció que el gobierno gestionará la llegada de insumos para Kimberly-Clark.
“Tienen ya un plan para activar de aquí a diciembre las líneas de producción que forman parte de Kimberly-Clark”, usando materia prima que el gobierno ayudará “a reponer” en la medida que haga falta, declaró el legislador.
Y aunque dijo desconocer si la compañía será expropiada, aseguró que “los derechos de los trabajadores están garantizados”.
Molina también reiteró la advertencia de Maduro sobre las empresas que suspendan actividades: “planta parada, planta tomada por la clase obrera”.
Según la patronal Fedecámaras -principal gremio empresarial venezolano- el 85% de la industria venezolana estaba paralizada en mayo pasado por falta de materia prima, ahondando la escasez de productos básicos que se agravó por la caída de los precios del crudo.