Faber-Castell trasciende edades y fronteras: sus colores son usados por niños de casi todo el mundo y los lapiceros por adultos. Con estos y otro gran abanico de productos, millones de personas han fidelizado su relación con esta marca de origen alemán, que esconde una larga historia familiar.

Comenzó en 1700, cuando el artesano Kaspar Faber empezó a fabricar lápices y, guiado por su intuición, los comercializó con éxito.

Tras su muerte, Anton, su hijo, tomó el cargo y compró un terreno que tiempo después se convirtió ya en una fábrica (hoy es la casa matriz de la empresa que, como tal, se estableció en 1761).

Así, el negocio familiar se mantuvo de padre a hijo, siendo Anton Wolfgang von Faber-Castell el octavo miembro de la familia, en términos generacionales, quien lideró la presidencia.

Tras su fallecimiento, en enero de este año, Mary von Faber-Castell (MF), su esposa y presidenta ejecutivo de la marca; y Charles von Faber-Castell (CF), su hijo, forman parte del directorio. Ambos visitaron la fábrica de Faber-Castell en Lima y conversaron con Gestión sobre la situación de la empresa y sus proyectos.

Un nuevo rumbo
Ante la partida de Anton Wolfgang von Faber-Castell, ¿cuáles son sus responsabilidades como herederos de la marca?
MF: Nosotros estamos trabajando juntos. El rol de mi esposo fue muy grande, pero antes de morir teníamos una división de responsabilidades. En Alemania hay un directorio conformado por personas de confianza que están en las áreas de producción, marketing, ventas, finanzas y nosotros dos somos parte de él.

¿Cuentan actualmente con un CEO?
MF: No, estamos buscando uno, pero nuestra familia continuará involucrada en el negocio.

¿Qué características deberá tener este CEO?
MF: A Charles y a mí nos hicieron esta misma pregunta por separado, y ambos respondimos lo mismo, que esta persona deberá tener las mismas características que Anton. Hay cualidades que se pueden aprender, pero hay otras que no, como la confianza o el carácter. Queremos a alguien orientado en la gente y que aprecie las relaciones con los socios.

¿Qué otros atributos buscan?
CF: Queremos a alguien que sepa trabajar en equipo, que vele por los intereses de la familia y que continúe la línea que trabajaba mi padre, con visión a largo plazo, que tenga cultura y orgullo por el equipo.

La familia
¿Cuáles son las claves del éxito de un negocio familiar?
CF: Esa respuesta la tenía mi padre. Él volteaba y veía a todas las generaciones pasadas y pensaba que cada una de ellas contribuía mucho de diferentes maneras. Además, no solo se enfocó en resultados a uno o dos años, sino veía todo a largo plazo.

¿Es un trabajo complicado?
MF: Una de las frases de mi esposo era: “Cuando el negocio es familiar tienes uno de los trabajos más difíciles porque nunca tendrás un día de descanso”, y así fue.

El mercado
¿Qué tendencia maneja hoy Faber-Castell en el mundo?
CF: Sabemos que la tecnología está cambiando todo rápidamente. Somos conscientes de ello, pero en muchos mercados se está regresando al uso de productos convencionales, como los libros para colorear.

¿Este es un producto muy consumido?
CF: Sí, ha tenido una gran venta en países como Estados Unidos. Lo usan muchas personas, mujeres con estrés porque quieren relajarse, por ejemplo. Esta es una de las razones de las cifras alcanzadas en el 2015/2016 (lograron las ventas máximos de alrededor de US$ 707 millones).

¿Qué otro sector de productos va en ascenso?
MF: Los cosméticos. No los comercializamos con la marca Faber-Castell, sino que lo hacemos para otras marcas. Ellos ponen su nombre. Tenemos una fábrica en Brasil y este mercado está creciendo muy rápido como marca privada en América Latina, Estados Unidos y Europa.

¿Hay planes de ingreso de este sector en el Perú?
MF: No, no hay planes de ingreso de cosméticos ni tampoco de comercio.

¿Qué productos tiene Faber-Castell en el mundo que no comercia en el Perú?
CF: Esta compañía es global, por lo que todos los productos se encuentran en todos los países. Solo la línea de arte viene directa