Su oficina está decorada con diversos cuadros. Pinturas que reflejan el rostro de un pequeño, bodegones y flores. Raúl Berrios no solo gerencia Ladrillos Pirámide, sino que en su interior cabe un artista nato.

¿Cómo dio el salto hacia la construcción?
He estado 14 años en el sector bancario, luego pasé a la industria con una empresa del Grupo Gloria. Después di un salto por la industria metalmecánica y hace meses llegué a este sector totalmente distinto, pero similar.

¿En qué sentido?
Estoy convencido de que todas las empresas enfrentan los mismos problemas, aunque en diferente proporción.

¿Fue fácil asumir el liderazgo en un sector nuevo?
No, pero aquí entendí lo importante de elegir un buen ladrillo para la construcción (risas). No sabía mucho sobre construcción.

¿Cómo maneja la relación con sus colaboradores?
Genero una relación de confianza, eso hace que la gente se sienta viva. No somos unas máquinas. Si logras que el trabajador colabore, aporte y genere ideas positivas, eso generará creatividad, entusiasmo y proactividad.

¿Qué hace en sus ratos libres?
Yo pinto. Soy autodidacta. Dibujaba desde chico, pero no podía dedicarme completo a eso porque me moriría de hambre (risas).

¿Qué valores rescata?
Tener mucha paciencia y creatividad, porque para hacer una pintura puedes demorar un día o incluso varias semanas.

¿Cuándo toma buenas decisiones de negocios?
El mejor momento es cuando estoy en la oficina. Cuando salgo y paso la puerta, ya me olvidé de todo.

¿Cómo logra el equilibrio?
Creo que es innato. Cuando salgo, soy Raúl. Yo ni sueño con el trabajo ni me lo llevo. Llego a casa ni me acuerdo, recién cuando estoy de regreso comienzo a ordenar mis pendientes.

¿Cuál es el secreto?
No tengo idea, lo triste es que veo que hay gente que te llama muy tarde y se acumula de trabajo. Cuando eso pasa, les digo: “relax, mañana hablamos. Sal a pasear, ve al cine, olvídate por un momento. Mañana resuelves el problema”. Cuando más vueltas les das a las cosas, más difícil es encontrar una solución. Uno debe tener desapego y apego al problema, desapego para que no te gobierne y apego para no olvidarte.