En el marco del duro conflicto que mantiene Ecolat con su sindicato, que rechaza una reestructuración que supone 110 despidos, el Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT) y Convención Nacional Trabajadores (CNT) tomó cartas en el asunto y pidió al gobierno que intervenga.
En una reunión realizada el lunes en el Ministerio de Trabajo, Vito Rodríguez, accionista peruano de Ecolat, explicó al gobierno que la reestructura que supone terminar con la producción de quesos y el despido de 110 personas es la única solución que encuentra la firma para asegurar su permanencia en Uruguay.
Rodríguez explicó que una serie de factores entre los que están el desplome del precio internacional de la leche en polvo (que se redujo a la mitad) y los altos valores que se deben pagar a los remitentes (que son fijados en función de los que Conaprole paga a los suyos) explican la situación que se está intentando revertir desde octubre pasado.
El grupo Gloria, que tiene también intereses en la producción de cemento, el transporte y la logística esperará alguna solución que pueda plantear el gobierno hasta fines de esta semana.
Fuentes de la empresa dijeron al diario El País de Uruguay que Rodríguez aseguró que si el grupo Gloria deja Uruguay pagará “hasta el último peso”.
El plan de la empresa es que en la planta de Nueva Helvecia sigan trabajando 130 personas y que 110 sean despedidas, mientras que 92 ya aceptaron retiros incentivados.
Heber Figuerola, dirigente de la federación de sindicatos de la industria láctea, dijo a El País que “para comenzar a negociar tienen que caer todos los despidos”.
El sindicato insiste en que la producción de quesos es viable algo que la empresa considera imposible. La compañía cree que es viable la producción de manteca, yogurt y leche “larga vida” siempre que se procese rápidamente la reestructura. Pero, el tiempo no sobra porque algunos remitentes ya dejaron de enviar leche a la fábrica.
La situación de la planta es extraña. Si bien no está formalmente ocupada, los trabajadores están envasando la leche que existe sin supervisión de jerarquías de la empresa aunque ayer pudieron ingresar tres gerentes a las instalaciones.
El grupo Gloria entiende que se está desconociendo su autoridad en la medida que hay trabajadores que recibieron telegramas y cartas de despido y aún así continúan concurriendo a la planta y participando en las tareas de envasado. “Aunque no haya una declaración formal, hay una ocupación de hecho”, dijeron las fuentes.
Ayer se realizaron paros de dos horas por turno en la industria láctea en demanda de una solución para Ecolat. Figuerola señaló que los trabajadores han actuado con responsabilidad y están procesando la materia prima para evitar que se deteriore.
Marcelo Abdala, coordinador del PIT-CNT, dijo a El País que la situación es preocupante y que la central gestionará reuniones entre el sindicato de la industria láctea y representantes de la futura administración.
“Hay preocupación porque existe un proceso de primarización de la industria láctea porque la leche en polvo no tiene un alto valor agregado. Entre despidos impuestos y negociación colectiva siempre vamos a optar por la negociación colectiva”, afirmó.
El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social baraja propuestas para que la reestructura afecte a menos trabajadores y para que otros puedan acceder a seguros de desempleo extendidos.
Grupo muy diversificado
El grupo Gloria es un conglomerado industrial de capitales peruanos que tiene negocios en Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, Argentina y Puerto Rico, además de Uruguay.
Sus actividades se vinculan a la producción de lácteos y alimentos, cemento, papeles, transporte y servicios logísticos. Recientemente invirtió US$ 250 millones en la compra de cuatro cementeras bolivianas.
En los primeros seis meses del año pasado facturó US$ 1,586 millones, lo que supuso un incremento de 2.3% frente al mismo lapso de 2013. El grupo fue fundado en febrero de 1941.