Desde el año 2006, Mountain Lodges of Perú (MLP) está dedicada al desarrollo y operación de rutas de aventura con alto confort hacia Machu Picchu. Sólo en 2016 ha transportado a 5,000 pasajeros en sus dos rutas: el Camino Inca de Salkantay a Machupichu y la ruta del Valle sagrado de los Incas y Lares hacia Machu Picchu.
La cifra representa un crecimiento del 50% en relación a los datos de hace tres años, cuando sólo operaban la ruta de Salkantay. Para los próximos años proyectan un crecimiento del 20% anual en el flujo de pasajeros.
“Nuestra facturación está cerca a los US$ 15 millones y la respuesta positiva del mercado nos ha puesto a pensar en un plan de expansión en la región de US$ 40 a US$ 50 millones en los próximos 5 a 7 años”, señala Enrique Umbert, gerente general de Mountain Lodges of Perú.
Para sus planes de expansión vienen explorando opciones en la ruta de Choquequirao, así como destinos en la selva sur y el norte del país. También muestran interés por algunos destinos sudamericanos.
El optimismo en el sector tiene asidero, ya que entre 2011 y 2014 el turismo de aventura creció en conjunto 250% a nivel mundial y se estima que 4 de cada 10 turistas realizan algún tipo de turismo de aventura durante sus viajes.
Umbert destaca dos aspectos que incentivan la fortaleza del nicho. El primero tiene relación con la tendencia mundial a la cultura del ‘fitness’, que privilegia las actividades físicas y al aire libre. El segundo aspecto guarda relación con un cambio en el perfil del viajero de lujo.
“Vemos que los turistas de lujo buscan salir de los circuitos tradicionales, buscan experiencias más auténticas. Esa parte del mercado encuentra en el turismo de aventura esta propuesta. Ahora el valor y lujo real es acceder a experiencias únicas y exclusivas, que de alguna manera los van a enriquecer y suponen una transformación personal”, explica.
Aventura y confort
Atendiendo a ese nicho, la propuesta de MLP es acceder a Machu Picchu a través de rutas que se recorren durante 5 a 7 días en caminatas o a caballo, acompañados de un guía que los instruye sobre la riqueza natural y cultural de la zona.
En promedio se pasan unas seis horas al aire libre, con actividades que incluyen visitas a familias o proyectos medioambientales locales. Hacia la tarde llegan a uno de los 8 lodges de lujo que MLP tiene a lo largo de sus rutas.
Para quienes visitan la ciudad del Cusco, MLP cuenta con dos hoteles boutique: El Mercado, que cuenta con 32 habitaciones y rescata el ánimo de un mercado histórico de intercambios, y el recientemente inaugurado El Retablo, de 17 habitaciones, que rinde homenaje a este arte ancestral peruano.
La experiencia ha sido tan valorada por los usuarios, que Mountain Lodges of Perú fue reconocido como el cuarto mejor operador turístico del mundo en el 2016, según la revista Travel & Leisure.
Apuesta por el recurso humano local
El proyecto de MLP tiene además un alto contenido social. El 96% de las operaciones dependen de mano de obra local, a la que capacitan en requerimientos turísticos e idiomas.
“Esta es una apuesta a mediano plazo porque en muchos casos son personas que en la educación tradicional solo tienen primaria y se presentan barreras de idioma e idiosincráticas, pero lo que sí tienen es el gen de la hospitalidad. Y uno puede formar a alguien en turismo y hotelería, pero es difícil formar la calidad personal, en ese aspecto creemos mucho en ese proyecto porque funciona muy bien para nuestro modelo de negocio”, menciona Umbert.
Dando un paso más hacia la inclusión, MLP consiguió financiamiento del BID y apostó por asociarse con las comunidades de Huacahuasi en el valle del Ares y con la de Patacancha en el Valle de Ollantaytambo, para la gestión de dos ecolodges.
“Hoy día tenemos dos asociaciones con comunidades campesinas, en las que ellas trajeron como activo tangible la tierra donde se construye el lodge y MLP trajo capital, el know-how, la operación y la comercialización, quedando ellas dueñas del equity en 20% y 25% del negocio”, indica Umbert.
Los resultados de esta asociación han sido positivos y esperan consolidar un modelo de negocio replicable en otras partes del país y del mundo.
Problemática del sector turismo
El turismo de aventura se está convirtiendo en un motor importante para el desarrollo en zonas alejadas. Ha provocado una inyección económica en varios destinos y lo destacable es que ese desarrollo se da en armonía con la conservación de los lugares, ya que dependen de ellos para su operación.
Sin embargo, debido a su alta acogida, vienen encarando un problema que podría frenar su crecimiento.
“Ya hoy en día tenemos un déficit de infraestructura, incluso donde hay planes de inversión. Se deben facilitar las inversiones y esto aplica a todo la rama del turismo: corporativo, de lujo, etc. Hoy en día hay muchos proyectos hoteleros estancados y esta demora en materializarse no responde al crecimiento de la demanda”, alerta el gerente general de MLP.
El directivo señala que existe lentitud en algunas instancias del Estado y sobretodo, falta de claridad en el marco regulatorio. Este contexto pone a Perú en desventaja, en un mercado dinámico como el del turismo donde el país compite con una alta oferta de destinos a nivel mundial.
“Estamos en un momento de crecimiento y tenemos que aprovechar la oportunidad. Ahora la prioridad sería invertir y facilitar el desarrollo en infraestructura”, indica Umbert.
Cifras:
3 mil. Dólares es el ticket promedio por un itinerario de 5 a 7 días.
75%. De los pasajeros vienen de EE.UU., 15% de Europa y 10% de Latinoamérica y Australia.
140 mil. Dólares es el promedio de inversión de MLP por habitación.