"La propiedad intelectual en el Perú no se incentiva ni se protege con eficiencia"

Solo el 10% de las solicitudes de patentes presentadas en el país, en el periodo 2000-2009, corresponden a peruanos; de otro lado, no se observa un criterio adecuado en la selección de evaluadores de inventos de Indecopi. Marcel Tamayo, abogado del CIDE-PUCP, entra al análisis.

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Si bien el peruano es altamente innovador, no genera la investigación necesaria. Eso responde a la escasez de incentivos adecuados. Marcel Tamayo, abogado del CIDE-PUCP, sostuvo que esa situación queda reflejada en la irrisoria cantidad de inventos presentados al Indecopi año a año.

Recordó que, en el periodo 2000-2009, esa entidad recibió alrededor de 2800 solicitudes de patentes. A los investigadores peruanos les correspondía solo el 10% de esa cifra. Eso equivale a 280 pedidos en diez años. Aunque para el 2012 se observó una notable mejora, debido a que fueron 1600 las solicitudes presentadas en ese año, el porcentaje de inventos peruanos sigue siendo bajo, 10%.

Para los peruanos, explicó el especialista consultado, la investigación es un gasto, no una inversión, pero no debería percibirse así. “Obviamente un invento va a redituar siempre y cuando tenga aplicación industrial porque va a solucionar algo en particular. Eso es lo que no se debe perder de vista”.

Destacó, en esa línea, la necesidad de generar incentivos adecuados. El desafío pendiente es demostrarles a las personas que la “investigación las va a beneficiar a través de un ingreso. Si se demuestra eso, si se abre un mercado interesante de patentes, habrá gente dedicada verdaderamente a la investigación”.

Generar inciativas para propiciar más investigación en nuestro país no es rol exclusivo del Estado, aclaró Tamayo, quien consideró que ello también debería partir de las universidades e incluso de las empresas.

Modelo a seguir
Un esquema a tener en cuenta para apoyar la innovación tecnológica es el siguiente: “Las universidades del extranjero hacen una convocatoria para que los jóvenes presenten sus proyectos de investigación, el jurado analiza cuáles son patentables y cuáles son ‘más comerciales’. Al ganador le financian la maestría o el doctorado, con la condición de que termine la investigación, la patenta y al hacerlo le otorga una autorización a la universidad para que la comercialice”.

“La universidad negocia por el que quiere culminar su maestría, el reparto es 50/50”, detalló el entrevistado. “El problema es, según he visto, algunas universidades peruanas quieren quedarse con el 100%. Eso no es incentivo”.

Resaltó, asimismo, algunas iniciativas empresariales de sistema de becas para tesistas. Esto consiste en financiar una tesis sobre la base de un contrato, en el que se acuerda una coparticipación en el resultado de la investigación. “Esto debería promoverse desde la empresa para generar concursos en universidades y así becar a los tesistas”, consideró el abogado.

Protección inadecuada
Marcel Tamayo sostuvo que no solo se necesitan “incentivos para el desarrollo de la propiedad intelectual, no hay una protección eficiente de la misma”. Indicó, sobre éste punto, que urge un criterio adecuado para la selección de evaluadores de patentes por parte del Indecopi.

“Si no contamos con el personal adecuado para calificar las patentes, entonces qué certidumbre tenemos de que se van a proteger nuestros derechos”, cuestionó. “Tiene que buscarse el especialista correcto para un tema en particular. Si bien eso genera costos en el corto plazo, si se desarrollara el mercado de patentes, habrían tributos por ese concepto hacia el largo plazo”.

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