(Bloomberg) Uber Technologies obtuvo una victoria judicial para impedir que se cataloguen a sus conductores como empleados, parte de su batalla global por preservar el modelo de negocio que la convirtió en la compañía tecnológica que no cotiza en bolsa más valiosa del mundo.
El tribunal de asuntos de seguridad social de París desestimó una solicitud francesa de que Uber hiciera pagos de seguro social a los conductores, según un fallo del 14 de diciembre sobre el cual no se había informado antes.
La corte dijo que el procedimiento de recuperación era “irregular” porque la agencia URSSAF, que recauda los aportes de bienestar social, no había ratificado los derechos de la unidad francesa de Uber.
Si bien las autoridades francesas sólo buscaban unos 5 millones de euros (US$ 5.3 millones) por obligaciones correspondientes al período entre enero del 2012 y junio del 2013, un procedimiento de recuperación que abarcara un período más largo podría haber puesto en peligro el modelo de negocios de Uber en el país.
La URSSAF rehusó hacer declaraciones más allá de decir que había apelado el fallo de París.
Uber, que tiene sede en San Francisco, ha enfrentado en los últimos 12 meses demandas sobre condiciones laborales en distintos lugares del mundo. Un tribunal laboral británico dictaminó que Uber debe pagar a los conductores el salario mínimo y vacaciones.
Uber también enfrenta una demanda colectiva de conductores de California en San Francisco luego de que un juez federal rechazara un acuerdo de US$ 100 millones por considerarlo inadecuado.
En Francia, las autoridades dijeron el año pasado que Uber debía reclasificar a los conductores como empleados y buscó que la compañía hiciera los aportes de seguridad social correspondientes. Para respaldar su pedido, la URSSAF dijo que había encontrado pruebas de la existencia de una relación jerárquica entre Uber de Francia y sus conductores.
La compañía ha sostenido que no es responsable porque sus conductores son contratistas independientes.
Funcionarios de Uber en el país rehusaron hacer declaraciones sobre el fallo.
La corte de París no dictaminó sobre si debía tratarse a los conductores de Uber como empleados. En lugar de ello, los jueces decidieron desestimar el caso sobre la base de un tecnicismo y fallaron que las autoridades estaban obligadas a compartir con Uber las pruebas obtenidas durante audiencias que involucraron a conductores porque la información se usó para demostrar la situación de éstos.
No hacerlo significaba que Uber Francia no estaba en posición de verificar si los conductores usaban en verdad la aplicación de transporte y si las autoridades francesas estaban en lo cierto al decir que la empresa que habían creado los conductores de Uber era sólo una fachada, según el dictamen.