AFP.- El éxito de las compañías de transporte privado Uber y Lyft ha hundido en apenas unos años la industria del taxi en Los Ángeles, una de las ciudades más extensas de Estados Unidos, según un informe municipal obtenido este jueves por la AFP.
Desde que ambas entraron en funcionamiento en 2012 hasta diciembre de 2015, las carreras de taxis han caído un 28% y las reservas un 42%, de acuerdo con un estudio realizado por el Departamento de Transporte angelino.
El precio que ofrecen Uber y Lyft, mucho más barato que el servicio tradicional, ha sido clave para triunfar en esta metrópolis, que se extiende a lo largo de 71 kilómetros y cuya red de transporte público es claramente insuficiente.
El portavoz del Departamento de Transporte municipal, Bruce Gillman, dijo a la AFP que, “vista la tendencia a la baja, la ciudad tal vez se plantea revisar su reglamentación” sobre los taxis.
Sin embargo, destacó que las compañías de taxis “ya están adoptando nuevas tecnologías, desarrollando aplicaciones y desde hace tiempo ofrecen servicios en línea”, dada la popularidad de las empresas privadas.
El número de taxis autorizados para circular por la ciudad “ha permanecido estable” en 2,400 vehículos en los últimos años, pero la competencia ha crecido ferozmente día a día gracias a la flexibilidad que ofrece tanto a pasajeros como a conductores privados.
Ambas funcionan a través de aplicaciones para teléfonos inteligentes, mediante las que se piden coches privados y se pagan los desplazamientos.
A pesar de su éxito, Uber y Lyft han recibido numerosas críticas por no respetar ciertas leyes en Los Ángeles, no garantizar la seguridad de los pasajeros y no ofrecer buenos salarios.
En otros países, incluso han tenido problemas con la justicia por operar sin permiso.
Las autoridades de Buenos Aires suspendieron esta misma semana la licencia a Uber, aunque la compañía siguió sacando a la calle sus coches.
La llegada de esta empresa ha sido en general muy mal acogida por los taxistas de las 400 ciudades en las que ofrece servicios. En Madrid, París, Londres y Sao Paulo se desencadenaron incluso violentas manifestaciones.