Nueva York (Reuters).- Los gobiernos y empresas de América Latina pronto podría intensificar sus ventas de bonos, aprovechando un mayor apetito del mercado en momentos en que la recuperación económica regional gana impulso y disminuyen las preocupaciones sobre las políticas de Estados Unidos, dijeron esta semana banqueros e inversores.
Los rendimientos de los bonos latinoamericanos siguen siendo atractivos y las ofertas recientes ya han permitido al Gobierno de Brasil recaudar fondos con un rendimiento en un mínimo histórico.
La provincia argentina de Santa Fe también regresó recientemente al mercado de capitales después de un largo paréntesis.
La brasileña Suzano Papel e Celulose SA es un ejemplo de una recepción más cálida de la deuda latinoamericana.
Su reciente venta de un bono global con categoría de especulativo a 30 años -el primero de su clase emitido por una empresa brasileña- subrayó la receptividad de los inversores a estructuras menos tradicionales, dijeron banqueros.
La firma brasileña de logística JSL SA podría ser la próxima que realice una oferta similar, dijeron dos personas familiarizadas con los planes.
El temor a que el presidente estadounidense, Donald Trump pueda alejar capitales desde América Latina ha disminuido, según los banqueros, que hablaron en la víspera de la conferencia anual de mercados de capitales de deuda que organiza el banco brasileño Itaú BBA en Nueva York.
Eso, sumado a la estabilidad del mercado tras la única subida de tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos en lo que va del año, está alimentando los flujos de ingreso, añadieron los banqueros.
Los fondos de mercados emergentes registraron entradas netas de US$ 6,500 millones en la semana que terminó el 22 de marzo, su nivel más alto en casi cuatro años, mostraron datos del Instituto Internacional de Finanzas. Cerca de US$ 4,500 millones en ese total fueron a bonos.
“Aún nos queda por ver una gran cantidad de ofertas de refinanciación de deuda, pero hay algunos emisores nuevos que buscan explotar el mercado”, dijo Felipe Wilberg, jefe global de renta fija de Itaú BBA, el mayor banco corporativo y de inversión de Brasil.
El financiamiento más barato para los prestatarios de la región depende en gran medida de la capacidad de los gobiernos para sacar adelante reformas clave antes de un ajetreado calendario electoral en América Latina, dijo Wilberg.
Los inversores habían previsto inicialmente que la agitación ligada a Trump frenaría el acceso a los mercados de capitales en América Latina, que enfrenta el final de un auge de las materias primas.
La prima que los inversores exigen para comprar bonos latinoamericanos sobre la deuda estadounidense se sitúa en alrededor de 7.6 puntos porcentuales, en comparación con unos 7.1 puntos al inicio de este año, según el índice de bonos EMBI Diversified Latin America de JPMorgan.
Sin embargo, la variación ha sido leve si se compara con ciclos de ajuste previos en Estados Unidos que motivaron fuerte volatilidad en los costos de la emisión de deuda latinoamericana.
“Aunque la sabiduría convencional indica que un alza de tasas en Estados Unidos acarrea presión sobre los precios del os activos en los mercados emergentes, estamos viendo una reacción diferente por parte de los inversores”, dijo Marc Nachmann, líder de Goldman Sachs Group Inc. para América Latina.