Desde el piso 29 del Westin Hotel de Lima, donde está ubicado el exclusivo business lounge del edificio, Sophie Bonvin, managing director de Eurocapital Advisors, una multifamily office, admira la inmensidad de la capital peruana.
Todo el lounge está flanqueado por inmensos ventanales que permiten apreciar cada rincón de la ciudad, desde el Callao hasta el Cerro San Cristóbal. Bonvin es suiza –habla un español perfecto aunque la delata un ligero acento francés a la hora de pronunciarlo–, pero afirma que conoce muy bien al Perú.
Lo recorrió entero cuando vivió en el país, entre 1997 y el 2000, mientras ocupaba el cargo de representante adjunta y associate director de la oficina de representación de Lima del banco suizo UBS.
“Cuánto ha cambiado este país desde aquella época”, exclama impresionada por la vista. Hoy, desde la torre del Westin, se ven más rascacielos, avenidas tugurizadas por autos nuevos y, pese a una evidente desaceleración económica, mucha construcción. Un claro desarrollo de la riqueza del capital en el país.
Algo que Sophie, en su cargo de directora gerencial de una multifamily office, claramente debe capitalizar.
Family Office
Eurocapital es una empresa que se fundó en el 2001. “Pablo Alonso, su presidente, había montado su family office en ese año. Me llamó en el 2004 y me ofreció abrir la oficina de su empresa en Ginebra, porque en este momento solo tenía una oficina en Miami. Me gustó mucho la idea así que acepté”, cuenta Bonvin.
“Ahora tenemos clientes en Brasil, Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Uruguay, y una oficina en España también”, agrega la ejecutiva.
Eurocapital tiene tres oficinas: una en EE.UU., otra en Suiza y una más en España. Cada una de ellas es independiente y le reporta a los fiscalizadores respectivos de cada país. “Este modelo nos da mucha flexibilidad y podemos invertir el patrimonio de nuestros clientes adecuadamente”, añade Bonvin.
Pese a que lleva más de 10 años en la región, asegura que el desarrollo del negocio de las family office en el continente latinoamericano no ha sido rápido.
“Se ha desarrollado de forma lenta en la región. Desde afuera, esta figura existe hace años, pero en el Perú todavía es bastante básico lo que se hace. Chile es el país más innovador en la región respecto de los family offices”, dice la ejecutiva. Quizás por ello visita al Perú cada dos o tres meses, ya que sabe que aún queda harto espacio para crecer.
“Entre todos los países de Latinoamérica, manejamos cerca de US$ 750 millones. En promedio, por familia, son entre US$ 25 y US$ 30 millones. El benchmark para ingresar a nuestro fondo es US$ 10 millones”, dice la ejecutiva.
Y ¿qué exactamente ofrece su fondo a sus clientes? “Tenemos un modelo hecho sobre la base de cada familia. Analizamos todos sus activos. Podemos manejar directamente sus cuentas en bancos aquí, en EE.UU., en Europa”, dice.
Para ella, el rol básico del family office debe ser el siguiente: tener la visión global del patrimonio de la familia, manejar todas sus cuentas, consolidar sus activos –lo que le permite tener la información adecuada para evitar concentración de riesgo–, dar las mejores ideas de inversión, comparar los resultados con índices internacionales y dar servicios adicionales.
“Nosotros damos servicios de filantropía (en el Perú, por ejemplo, maneja la fundación de una familia), asesoramos en temas inmobiliarios (en Chile crearon un fondo de inversión inmobiliario cerrado) y ayudamos con estructuras legales y de tax efficiency”, añade.
“Para el próximo año, planeamos enfocarnos mucho en el mercado peruano. Somos tres socios y tenemos varios clientes aquí. Auspiciamos la Asociación de Empresas Familiares. La creamos en Chile y después lo hicimos aquí.
Inversión inmobiliaria
Realizamos hace un tiempo una charla sobre el tema de la inversión inmobiliaria en España, donde se discutieron temas muy avanzados. Traer ideas de inversión diferentes al Perú también es nuestra tarea, darle cosas nuevas al mercado”, afirma la ejecutiva.
No planea abrir una oficina de representación en el Perú, pues no lo ve necesario. “Me reúno con mis clientes aquí cada dos meses o cuando ellos viajan a Europa o EE.UU.”, dice.
“El próximo año será uno de desaceleración”, asegura. Quizás debido a ello asegura que sus clientes y potenciales clientes necesitarán tener a un buen asesor cerca para que los ayude y los guíe en el proceso de preservación e, idealmente, multiplicación del capital familiar.
Por Adriana Roca