BlackRock: ¿Hay señales preocupantes en el horizonte?

Se recuperó el producto bruto interno del segundo trimestre con respecto a la desaceleración del primer trimestre, la cual no fue tan mala como se registró inicialmente.

Se recuperan las acciones
La semana pasada, se recuperaron las acciones a nivel mundial, con los EE. UU. a la cabeza. El índice Dow Jones Industrial Average subió un 0,69% y cerró en 17.690, el índice S&P 500® subió un 1,20% y cerró en 2.104 y el índice Nasdaq Composite, compuesto mayoritariamente por empresas tecnológicas, avanzó un 0,78% y cerró la semana en 5.128. Mientras tanto, el rendimiento de las letras del Tesoro a 10 años registró una caída del 2,26% al 2,20%, a la vez que aumentó el precio.

Sin embargo, los inversionistas deben tener presente que es posible que los buenos tiempos no duren mucho. Se debe prever mayor volatilidad en vista de la evidente desaceleración del crecimiento mundial y las condiciones crediticias menos benignas. Esto nos sugiere que las llamadas acciones de impulso, las cuales han mostrado una sólida recuperación este año, podrían tambalear.

¿Hay señales de precaución?
La semana pasada, se presentaron más evidencias de que las compañías estadounidenses pueden superar las expectativas de menores ganancias. Si bien Procter & Gamble y Exxon decepcionaron, el mercado se vio reconfortado con las cifras sólidas de Ford y UPS. Asimismo, más compañías de salud se están subiendo al tren de las fusiones y adquisiciones, como hemos visto este año. Teva Pharmaceuticals acordó comprar la unidad de medicamentos genéricos de Allergan por US$40.500 millones.

No obstante, hay muchos otros acontecimientos que justifican proceder con precaución. Las estimaciones de crecimiento para el 2015 por parte de los países que integran el G8 cayeron de más de un 2% el pasado otoño a apenas el 1,70% en la actualidad. Mientras tanto, fueron heterogéneas las noticias en los EE. UU.

Se recuperó el producto bruto interno del segundo trimestre con respecto a la desaceleración del primer trimestre, la cual no fue tan mala como se registró inicialmente. Pese a esto, el crecimiento general en los últimos años fue más débil que lo que se pensó anteriormente. Desde el 2011 hasta el 2014, la economía estadounidense creció a una tasa anual del 2%, muy por debajo del 2,3% proyectado previamente.

Otro viento contrario notorio obstaculizó el crecimiento: la productividad fue un poco menor que el nivel ya exiguo que sugerían los informes anteriores. Esto puede tener implicancias significativas para la economía estadounidense.

En la medida en que no repunte la productividad, esto, junto con una desaceleración relacionada con el envejecimiento de la fuerza laboral, sugiere un ritmo mucho más lento para el crecimiento de los EE. UU. que el promedio posterior a la Segunda Guerra Mundial. De hecho, se reflejó esta posibilidad en la reciente reducción de las estimaciones de crecimiento de los EE.UU. por parte de los integrantes de la Reserva Federal.

Un crecimiento más lento es igual a tasas bajas y mayor volatilidad
Con las estimaciones de crecimiento mundial en baja y los productos básicos en continuo descenso, no debería ser una sorpresa que caiga una vez más la rentabilidad de los bonos. Según analizamos hace varias semanas, cuando la rentabilidad de los bonos se aproximaba al 2,50%, no queda claro el hecho de que el entorno actual de crecimiento lento, inflación baja y fuerte demanda institucional justifique una rentabilidad mucho mayor. Desde entonces, han descendido las tasas.

La semana pasada, cayó la rentabilidad de las letras del Tesoro a 10 años de los EE. UU. por debajo del 2,20%, cerca de su nivel más bajo para el verano. Otros mercados de bonos siguieron la tendencia, incluido el mercado alemán, donde los bonos alemanes volvieron a ubicarse por debajo del 0,65%, aproximadamente 30 puntos básicos por debajo de su punto máximo de junio. Los inversionistas están reaccionando ante las señales de crecimiento mundial lento, precios de productos básicos en descenso y expectativas de inflación más modestas.

Sin embargo, antes del viernes, la rentabilidad de las letras del Tesoro a corto plazo estaba en alza, alcanzando la rentabilidad a dos años un 0,75%, un nivel alto en lo que va del año, sobre la base de una creciente convicción de que la Reserva Federal aumentaría las tasas en septiembre. Esa perspectiva se puso en duda el viernes después de que se registrara el Índice de Costos del Empleo (ECI) más bajo desde 1982.

Parte de la desilusión surgió a partir de una cifra baja de remuneraciones basadas en incentivos, la cual, a pesar de ser intrínsecamente volátil, contribuye ciertamente al debate con respecto a la medida en que están aumentando los salarios realmente. Planteada esta dinámica, esperamos que el próximo viernes, la Reserva Federal se enfoque en particular en el informe de las nóminas del sector no agrícola de julio, específicamente en el componente de salarios por hora.

Más allá de las tasas más bajas, la otra tendencia clave en los mercados de bonos es que se amplían los márgenes de crédito, o la diferencia entre la rentabilidad de las letras del Tesoro de los EE. UU. y los instrumentos crediticios de vencimiento comparable. Los márgenes de alto rendimiento de los EE. UU. se expandieron aproximadamente unos 150 puntos básicos el año pasado, de alrededor de 360 puntos básicos en agosto pasado a cerca de 510 puntos básicos en la actualidad.

Ambas variables (expectativas de crecimiento y condiciones del mercado crediticio) son factores determinantes importantes de volatilidad del mercado bursátil. La semana pasada, el índice VIX Index, una medida de la volatilidad del mercado bursátil, cotizó nuevamente a la baja en 12, aproximadamente un 40% por debajo de su promedio a largo plazo. Esto implica que los que invierten en acciones pueden estar demasiado confiados.

En caso de que aumente la volatilidad y se corrijan las acciones, se plantea un riesgo para un área del mercado en particular: el popular mercado del “impulso” (en otras palabras, acciones o sectores que recientemente han demostrado sólidas alzas de precios). El índice MSCI USA Momentum Index, una canasta de acciones estadounidenses que demuestran un impulso relativamente alto, subió cerca del 10% este año y superó fácilmente al mercado en general. En caso de que se acreciente la volatilidad, este mayor rendimiento puede revertirse a favor de otros factores, como la calidad. Los inversionistas deberían tomar nota.

Por Russ Koesterich
Estratega Principal de Inversiones Globales para iShares de BlackRock

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