En los aeropuertos de Estados Unidos, dos millones de personas llegan a diario y deben ser revisados por los oficiales de la Administración de Seguridad y Transporte (TSA). El tema es que se teme porque pase alguno con posesión de armas o drogas y no sea detenido. Es por ello que han decidido realizar inspecciones más invasivas a aquellos que se niegan a utilizar el escáner, o los que lo activan a su paso.
Hasta ahora, los empleados de seguridad tenían la opción de usar cinco tipos diferentes de chequeos, y cuando había contacto físico, usaban la parte posterior de las manos para tocar las áreas más sensibles. Ahora estos métodos han sido eliminados y sustituidos por una sola estrategia universal.
Más palpamientos
La nueva forma de inspección física se traducirá en una revisión más exhaustiva de los viajeros. Se podrán palpar distintas partes del cuerpo con la parte frontal de las manos, para hacer más presión y detectar posibles objetos, en lugares como glúteos, senos e ingles.
La nueva política también aplicará a pilotos y sobrecargos, ya que la TSA realiza revisiones aleatorias a estos trabajadores.