Más de lo mismo en el 2016, para bien o para mal

Ahora que iniciamos este nuevo año, los inversionistas se enfrentan a una desagradable realidad: el inicio del 2016 estará marcado por muchos de los mismos desafíos con los que nos topamos en el 2015.

El índice Dow Jones Industrial Average finalizó el año con una pérdida del 2.3% y cerró en 17,425.
El índice Dow Jones Industrial Average finalizó el año con una pérdida del 2.3% y cerró en 17,425.

Un final optimista para un año deslucido.
Los mercados bursátiles mundiales pudieron cerrar el 2015 con una modesta recuperación de fin de año, lo que representó una conclusión en cierto modo positiva para un año deslucido en lo que respecta a las acciones y otras clases de activos.

A pesar de las alzas registradas a finales de diciembre, el índice Dow Jones Industrial Average finalizó el año con una pérdida del 2.3% y cerró en 17,425, mientras que el índice S&P 500 cayó un 0.73% y cerró en 2,043.

Sin embargo, el índice Nasdaq Composite tuvo un mejor desempeño y cerró en 5.007, un alza del 5,19% en el año. En cuanto a la renta fija, aumentó de un 2,20% a un 2,27% el rendimiento de las letras del Tesoro de referencia de los EE. UU. a 10 años, con la correspondiente caída del precio durante el año.

Ahora que iniciamos este nuevo año, los inversionistas se enfrentan a una desagradable realidad: el inicio del 2016 estará marcado por muchos de los mismos desafíos con los que nos topamos en el 2015.

Tecnología, Europa y Japón: algunos puntos favorables.
En general, las acciones lograron avanzar hacia fines del año y encaminaron las rentabilidades de las acciones estadounidenses de alta capitalización hacia la estabilidad durante el año. La solidez de los mercados bursátiles sigue concentrándose en aquellas partes del mercado definidas por las áreas de crecimiento secular, como la tecnología y la atención médica.

Unas pocas acciones Nasdaq de megacapitalización han impulsado las alzas de forma desproporcionada, lo que permitió que este índice mostrara un mayor rendimiento en comparación con otros índices de referencia de los EE. UU.

Las acciones japonesas y europeas lograron obtener un mayor rendimiento que las estadounidenses, al menos con cobertura en divisas; sin embargo, el 2015 tampoco se recordará como un año sobresaliente en dichos mercados. Las acciones europeas finalizaron el año con alzas alrededor de un 5%, mientras que las alemanas avanzaron cerca de un 10%. Las acciones europeas siguen contando con el respaldo de mayores evidencias de estabilización económica y una mejora del crecimiento crediticio.

Además, los inversionistas mantienen la esperanza respecto de una mayor flexibilización monetaria por parte del Banco Central Europeo (BCE). Si bien los inversionistas se sintieron decepcionados por el anuncio oficial del BCE a comienzos de diciembre, recuperaron el optimismo más adelante durante el mes gracias a los comentarios del funcionario del BCE, Yves Mersch, quien sostuvo que el banco “de ningún modo había agotado todas sus estrategias”. Esto se interpretó como un indicio de que la tasa de depósito del BCE, que ya se encuentra en territorio negativo, puede disminuir aún más.

Los mercados de bonos también finalizaron el año prácticamente estables. Las tasas estadounidenses a largo plazo concluyeron el período algo más elevadas en comparación con principios de año, mostrando rendimientos que aumentaron tras una débil subasta de letras del Tesoro a 5 años y un sólido informe de confianza del consumidor en los EE.UU.

Aun así, siguen restringidos los rendimientos a largo plazo debido a los datos económicos heterogéneos, lo que incluye la mayor evidencia de debilitamiento en el sector industrial, que se manifiesta en un débil informe del índice de la Reserva Federal de Dallas correspondiente a la semana pasada. Esa es la

Al mismo tiempo, aumentaron de manera significativa los rendimientos a 2 años durante el 2015, que para finales de diciembre alcanzaron su nivel más alto desde el 2010. En consecuencia, se aplanó considerablemente la curva de rendimiento. En cuanto a los valores intradiarios del martes pasado, la diferencia entre los rendimientos a 2 años y a 10 años alcanzó su nivel más estrecho en los datos de cierre desde principios del 2008.

Sin embargo, con creces el mayor perdedor del 2015 fue el conjunto de productos básicos. Si bien se logró una recuperación en el precio del petróleo hacia finales del año, las alzas fueron de corta duración. El petróleo crudo cayó un 3% el lunes pasado tras la confirmación de que Irán planea agregar 500,000 barriles por día a las exportaciones una vez que se eliminen las sanciones.

Se aceleraron las ventas tras la noticia de un nuevo aumento en los inventarios. El colapso de los productos básicos en el 2015 ha sido brutal en todas las divisas de mercados emergentes vinculadas con exportadores de productos básicos. Un buen ejemplo de esta situación es el siguiente: la semana pasada, el rublo ruso cayó hasta alcanzar su nivel más bajo del año frente al dólar.

Más de lo mismo, con un guiño de aprobación para los bonos municipales.
Lamentablemente, a pesar del avance de fin de año, en el 2016 las acciones deberán enfrentar obstáculos similares a los que se presentaron en el 2015. Permanecen elevadas las valoraciones de las acciones estadounidenses según la mayoría de las mediciones, especialmente las que se basan en las ganancias cíclicas a largo plazo. Probablemente, se mantendrá la presión sobre los márgenes de ganancia a medida que vayan mejorando los salarios.

Además, si sigue subiendo el dólar, se verán afectadas negativamente las compañías que dependen de las exportaciones. De igual modo, aún pueden desencadenar la volatilidad algunos acontecimientos a nivel internacional, tal como observamos durante el fin de semana con una gran venta masiva en China, un indicio de que el país todavía representa un riesgo sistémico. Por lo tanto, solo tenemos expectativas moderadas respecto de las acciones estadounidenses en el 2016 y no esperamos ver nuevamente rentabilidades de dos dígitos.

También esperamos que los bonos sigan enfrentando dificultades a medida que aumentan las tasas de interés después de los ajustes implementados por la Reserva Federal y que se registre cierta estabilización en cuanto a las expectativas de inflación. Aun así, creemos que estará restringido el aumento en los rendimientos, con un alza del rendimiento de las letras del Tesoro a 10 años de, aproximadamente, el 2,75% para finales del 2016.

Pese a esto, un área del mercado de bonos de los EE.UU. que merece atención es el mercado municipal. Sin lugar a dudas, hay perspectivas de que se presenten algunos riesgos generales, tal como observamos la semana pasada cuando Puerto Rico anunció que no cumpliría con el pago de US$ 37 millones en bonos que vencían el 1 de enero. Sin embargo, era algo que se esperaba desde mucho tiempo antes y creemos que el mercado general exento de impuestos permanece sobre un terreno estable. En conclusión, seguimos inclinándonos hacia los bonos municipales dentro de una cartera de renta fija.

Por Russ Koesterich, estratega principal de Inversiones Globales para iShares de BlackRock.

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