Hace diez años explotó la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y se desató la mayor crisis económica desde la Gran Depresión de 1929.
El mundo se recuperó, y la pregunta inevitable afloró: ¿qué demonios sucedió? Por ello, las autoridades estadounidenses elevaron una investigación para encontrar respuestas (y evitar una próxima crisis). El resultado: US$ 321,000 millones en multas.
El sector financiero se hizo cargo de estos pagos, según un informe de la consultora Boston Consulting Group, y corresponden al gasto irresponsable del dinero obtenido por los prestamistas, empaque de deuda insolvente, blanqueo de dinero, manipulación de mercado, etc.
Hacia el final del mandato de Obama, y solo en 2016, se pactó el pago de US$ 42,000 millones en multas contra Deutsche Bank y Credit Suisse.
Las mayores sumas, sin embargo, fueron cobradas entre 2013 y 2014, para los bancos nacionales JP Morgan Chase y Bank of America, entre otros.
