Humala aseguró que afronta “una persecución política” desde que terminó su mandato, en 2016, y que lo hace en Perú, “frente a otros que no están acá y sus procesos de investigación se pasan por agua tibia”.
El autor del informe deberá decir si considera que la denuncia de corrupción pasiva formulada contra el mandatario por el fiscal general debe ser encaminada al Supremo Tribunal Federal, para determinar si cabe abrirle un juicio.
Los brasileños de la generación Lava Jato se sentirían menos inclinados a dejarse seducir por encantadores y hombres recios, alternativas que ya conocen y cuyos mandatos rara vez terminaron bien, afirma el autor del artículo.