*Enfrentamiento.*Los temores sobre la zona euro se han incrementado otra vez. El nuevo Gobierno de Grecia, liderado por Alexis Tsipras, se niega a renovar un plan de rescate financiero que, a su criterio, ha fracasado.
Grecia pide una flexibilización de las condiciones del rescate, como una nueva reestructuración de deuda que incluya menores tasas de interés o mayores plazos de pago. Asimismo, se pretende modificar las exigencias de metas del superávit fiscal primario y volver a evaluar las privatizaciones.
Esas propuestas son cuestionadas por los líderes de la zona euro, que exigen el cumplimiento de lo acordado, condiciones que deberían permitir una recuperación de la economía griega dentro de algunos años.
Las posiciones están marcadas y las abiertas diferencias han despertado nuevamente los temores sobre una posible salida de Grecia de la zona euro.
Por un lado, el Gobierno griego ha anunciado que revertirá varias de las medidas de ajuste, mientras que Bruselas ha limitado la entrega de fondos para los bancos griegos, entidades que ya vienen registrando una considerable fuga de depósitos.
Aunque persisten las diferencias y las partes aumentan la presión en sus tratativas, el mantenimiento del diálogo abre las esperanzas para un acuerdo, el cual, dada la situación, parece que demorará en llegar.
Los márgenes de acción son limitados en las negociaciones. Por un lado, si Tsipras acepta las condiciones del bloque, iría en contra del principio antirrescate que dio origen e impulso a su partido. En tanto, si la zona euro cede a las exigencias de Grecia, puede generar un mayor apoyo a partidos radicales similares a Syriza, como Podemos de España.
Por ahora, lo concreto es que Grecia necesita financiamiento, y revertir lo avanzado, no hará más que demorar la llegada de una recuperación aún lejana. Pero para que esta mejora llegue antes y sin nuevos contratiempos, la zona euro, al parecer, tendrá que evaluar nuevamente su plan para Grecia.