CENSO 2017. Conforme pasan los días, surgen más interrogantes sobre el proceso censal que lleva adelante el INEI y que culmina el próximo 6 de noviembre. Frente a las viviendas no censadas que, según la entidad, ya están siendo empadronadas han surgido otras observaciones que, a criterio de los especialistas, son más complejas, como la poca preparación de los empadronadores, que sumada al grado de dificultad de algunas preguntas, han generado que estas no sean respondidas por las personas o que hayan sido respondidas de manera equivocada.

Esta situación implica un mayor problema, pues se trata de casos que no son fácilmente subsanables (a diferencia de empadronar a quienes no fueron censados) y que podrían generar una distorsión en el resultado final.
Dado que el INEI es la institución encargada de brindar las estadísticas oficiales, deberían despejarse todas las sospechas sobre la labor que realiza y los resultados que ofrece, por ello es importante mostrar a la población los esfuerzos que se llevan adelante para validar todos los datos obtenidos.

Según la premier Mercedes Aráoz, desde el inicio, el proceso censal incluía un periodo para empadronar a las viviendas que hubieran sido omitidas y una encuesta poscenso para validar algunos resultados. En esa misma línea es importante realizar una auditoría transparente sobre todo el proceso, que le devuelva la confianza a la población, pues la salida de Aníbal Sánchez, aunque puede haber calmado a algunos detractores, en realidad no mitiga los problemas.

También hace mal la oposición en evaluar el censo solo de manera política. Lo que está en juego es la confianza al INEI, en la medida que se afecta su institucionalidad, se perjudica al Estado y no solo al Gobierno. Por ello, es mejor tratar de no adelantar conclusiones hasta que todo el proceso censal culmine.

Un capítulo aparte resulta el proceso para contratar al nuevo jefe del INEI, que acaba de ser modificado. Ahora estará en manos de Servir, que contratará a una head hunter para seleccionar a los candidatos, pero la elección final será de una terna formada por dos representantes de la PCM y uno del MEF. Si bien el Gobierno asegura que en tres semanas se conocerá al nuevo jefe del INEI, en este caso lo importante no es apurarse sino asegurar que se trate del profesional más idóneo para el cargo. Si el Ejecutivo esperó más de un año para nombrar al nuevo jefe (Sánchez era interino desde el 2015) bien vale la pena tomar las precauciones necesarias para evitar nuevos inconvenientes.