Recuperación. El 2015 terminó mucho mejor de lo que empezó para la economía peruana, a tal punto que el PBI de diciembre registró el mayor crecimiento del año: 6.39%, más de dos puntos porcentuales por encima del segundo lugar (abril). De hecho, el PBI mostró tasas cada vez más altas desde agosto, lo cual evidencia señales de recuperación. El resultado anual fue un incremento de 3.26%, inferior a las proyecciones del Gobierno (3.9%).
Pero antes de comenzar a sentirnos como en el 2013, habría que anotar que la mejoría no es uniforme. Dos de ellos, muy importantes por su contribución económica, todavía se encuentran en cuidados intensivos: construcción y manufactura. En diciembre, el primero rompió su racha de once meses consecutivos a la baja con una modesta alza de 0.08%, mientras que el segundo mejoró su desempeño de noviembre con un robusto 5.02%.
Sin embargo, cerraron el año con caídas de 5.86% y 1.67%, respectivamente, lo cual indica que todavía faltan algunos meses para que logren alinearse con el resto. Ahora que ya se entendió que los pilotos automáticos y los rezos para que la economía china no desfallezca no son eficaces, habrá que ponerse a pensar en cómo fortalecer los fundamentos de estos sectores para que no vuelvan a sufrir los impactos exógenos con tanta fuerza. Esta es una lección que el próximo Gobierno tendrá que tener en cuenta.
¿Cómo se viene el verano? El MEF estima que el PBI crecerá 4% durante el primer trimestre de este año, mientras que los analistas privados esperan unas décimas menos. Aunque la inversión pública se contrajo 27% en enero, lo cual incidiría negativamente en la construcción, al parecer, el primer mes del 2016 seguirá la tendencia, pero no con la misma tasa de diciembre pasado. Una señal al respecto sería la decisión del BCR de volver a elevar su tasa de interés de referencia (por tercer mes consecutivo), pues un buen resultado del PBI de enero le habría permitido seguir concentrándose en reducir las expectativas inflacionarias.
Todavía no estamos en el escenario ideal crecimiento generalizado e inflación baja, y las turbulencias externas siguen creando incertidumbre, pero se respira cierta tranquilidad. Y así se puede trabajar mejor.