REACTIVAR LA DEMANDA. El BCR no parece estar muy preocupado por la inflación y continúa flexibilizando su política monetaria a fin de encarar un problema mayor: revitalizar la economía. Este mes será el quinto consecutivo de reducción del encaje bancario, lo que permitirá liberar soles para reavivar la demanda interna, que no logra sacudirse del sopor que la aqueja desde hace varios meses.
Por cierto, si el PBI siguió semicongelado en pleno verano, era posible anticipar que los precios no se incrementarían demasiado más allá de las externalidades de índole estacional propias de marzo, particularmente las relacionadas con la educación. Según el INEI, la inflación en Lima Metropolitana en el mencionado mes fue 0.52%, menor a la registrada en febrero, en tanto que llegó a 0.55% en el resto urbano del país, mayor a la de febrero.
Y esas externalidades sí que alteraron ambos índices de precios. Se encarecieron las pensiones en centros educativos privados, tanto colegios como universidades, así como las matrículas escolares privadas y públicas. En algunos casos el incremento de dichos precios superó en más de doce veces la inflación total del mes, de modo que el mayor costo de ese servicio, en Lima y a nivel nacional, explicó dos tercios de la inflación de marzo.
Se podría argumentar que es lógico que la educación se encarezca, además que las matrículas solo se cobran una vez al año –aunque ya subieron más del doble de la inflación del 2013–, pero si estas constituyen el pago para acceder al servicio, lo que no parece ser tomado en consideración es la calidad del mismo. Esa es precisamente una de las incongruencias de la economía peruana, pues se está cobrando más por un servicio cuyos proveedores no aseguran ni muestran mejoras sustanciales.
Un indicador que debe causar cierta preocupación en el BCR es la inflación subyacente –que excluye precios con mayor volatilidad relativa–, pues ya lleva más de dos años por encima del rango meta. Un argumento para explicar esta tendencia es la incidencia del rubro “alimentos fuera del hogar”, influido por el aumento del consumo de la clase media, que cuenta con más recursos gracias al crecimiento sostenido que ha experimentado la economía peruana. Habría que buscar una explicación mejor analizada y dejar de responsabilizar al pollo a la brasa.