El editorial de Gestión: “Pasando al subsuelo”

De forma inesperada, la polémica por el aumento de sueldos de los ministros fue solo el preámbulo de un tema mucho más importante para la economía del país.

SALARIO MÍNIMO. La brecha entre el salario mínimo y los nuevos sueldos de los ministros fue uno de los argumentos más populares para invalidar el aumento; sin embargo, el foco de la discusión viró cuando el premier César Villanueva anunció en Gestión que evalúa junto al MEF la posibilidad de aumentar el salario mínimo y los sindicatos encontraron acá una oportunidad perfecta para aumentar sus propios ingresos.

Después el tema adquirió todavía mayor prominencia cuando la primera dama, en una injerencia de las que ya nos tiene acostumbrados, desautorizó públicamente al premier al decir que “(el aumento del salario mínimo) no está en discusión”. La ministra de Trabajo, por su parte, dijo que el tema está analizándose en el Consejo Nacional del Trabajo.

Los defensores de esta medida asumen que un aumento en la remuneración mínima vital generará automáticamente un incremento en los ingresos de los asalariados: si uno aumenta el piso, todo lo que está por encima aumentará en la misma proporción. Sin embargo, la realidad no funciona así.

Solo las empresas que tengan la capacidad de asumir los mayores costos y solo los empleados que aporten por encima de la nueva remuneración mínima vital verán un incremento en su salario. El resto, pues, o será despedido o perderá sus beneficios laborales y pasará a operar en la informalidad. Y para calcular el balance de una medida similar, quizá sea bueno tener en cuenta que –bajo las condiciones actuales- solo el 30% de los trabajadores se mantiene en la formalidad; y, además, el 70% trabaja en una mype. Como están las cosas, parece que el aumento en el salario mínimo beneficiaría a un grupo reducido a costa de la gran mayoría.

De acuerdo a un reciente estudio del BCR, aumentar el salario mínimo de S/. 750 a S/. 1,000 (la CGTP propone que el aumento sea hasta S/. 1,250) causaría una caída del empleo en 10% en trabajadores de bajos ingresos y en mypes. A eso habría que sumarle el efecto negativo en todas las empresas que tendrán que dejar la formalidad –por todos los costos que ella supone- y pasar a la informalidad.

Si uno aumenta el piso, entonces, el resultado es que habrá muchas más personas que se queden en el subsuelo. En este caso, en la informalidad. Y a estas alturas, de más está mencionar todos los problemas que eso conlleva.

ÚLTIMA HORA ver todas

BLOGS ver todos

Revolución digitalPablo Bermudez

Bye bye Dubai... ¡Bienvenido NEOM! (1 de 3)

Herejías EconómicasGermán Alarco

Plan Estratégico de Desarrollo Nacional (PED...

El Vino de la Semana

Pisco, amor por el Perú

Te lo cuento fácilAlumnos de la Universidad del Pacífico

Guerra en Ucrania: un breve análisis del fac...

Economía para todosCarlos Parodi

Estados Unidos y China

WALL STREET VER TODOS

Será noticia

JOSÉ ANTONIO MONTENEGRO