PULSO PERÚ. Mientras las estadísticas oficiales indican que el empleo muestra una evolución positiva, la opinión pública tiene una visión distinta. Según la última encuesta Pulso Perú, un 49% sostiene que no tiene trabajo, y del porcentaje que sí lo tiene, el 47% piensa buscar una ocupación adicional a la actual. Este interés por ganar más se explica con otro dato del sondeo: el 69% afirma que sus ingresos no le alcanzan para satisfacer todas sus necesidades. Si a ello añadimos que en Lima ha crecido la contratación a tiempo parcial es claro que la desaceleración de la economía se ha acentuado.
La baja capacidad del ingreso no es consecuencia de los desastres causados por El Niño costero, pues solo se agudizó en dos puntos porcentuales respecto a febrero. De hecho, en octubre era 70%, es decir, algo peor que ahora. Si casi la mitad de los peruanos dice estar desempleada y casi dos tercios dicen que no ganan lo suficiente, ¿habría que pensar que las cifras oficiales no reflejan la realidad?
Quizás se trate de la metodología utilizada por el INEI y el Ministerio de Trabajo, que dentro de sus categorías de empleo incluyen, entre otras, el comercio ambulatorio, el subempleo (por horas y por ingresos) y el trabajo informal. Sin embargo, el ciudadano común no entiende de tecnicismos pero sí conceptualiza que vender caramelos en la calle o conseguirse un “cachuelo” no son “empleos” propiamente dichos, sino que las considera maneras de ganarse el sustento cuando no hay otra alternativa.
El Niño sí ha mermado el ánimo de la población en otros indicadores: el 74% opina que los desastres naturales afectarán mucho la economía del país y el 53% que sus familias también sentirán el impacto. Asimismo, solo el 15% espera que el PBI crezca más que el del año pasado, cuando en marzo ese optimismo era nueve puntos porcentuales más alto, y el 61% piensa que en los próximos doce meses será más difícil encontrar empleo.
Aunque la popularidad del presidente Kuczynski se ha elevado diez puntos porcentuales –gracias a la reacción del Gobierno ante la emergencia–, las expectativas de la población siguen empeorando, en línea con las de los empresarios, y ahora el 62% considera que la economía no se está recuperando. En agosto, esa percepción era compartida por el 42% de los encuestados. Es claro que el shock de confianza y de medidas concretas hoy es más urgente que nunca.