Editorial: Más vale tarde que nunca

El Plan de Diversificación Productiva no debe ser desechado por el próximo Gobierno.

Piero Ghezzi
Piero Ghezzi

DIVERSIFICACIÓN PRODUCTIVA. El Ejecutivo se ha demorado más de tres años en darse cuenta de la necesidad de contar con otros motores que muevan nuestra economía, sobre todo cuando la oferta exportadora está concentrada en un 75% en commodities y solo un 25% en productos no tradicionales.

Pero más vale tarde que nunca y por ello saludamos los avances del Plan de Diversificación Productiva en su primer año de vigencia, pues se trata de un esfuerzo sin precedentes que está logrando dar los primeros pasos impulsando actividades que tienen un potencial dormido. Las mesas sectoriales formadas por el sector público y privado han permitido ir eliminando distorsiones en mercados que ahora son muy pequeños, pero tienen grandes posibilidades de crecer. Por ejemplo, en el sector forestal apenas exportamos US$ 150 millones al año, mientras que Chile tiene envíos superiores a US$ 6,000 millones, en un territorio potencialmente menos rico que el nuestro.

Solo para tener una idea de la magnitud que podría tener el sector, el año pasado las exportaciones de cobre sumaron US$ 8,800 millones y las de oro unos US$ 6,600 millones, aproximadamente.

Lamentablemente, en este Gobierno ya no hay tiempo para crear nuevas mesas adicionales a las cuatro creadas (forestal, acuícola, industrias creativas y textil), pero la siguiente administración debiera seguir con este tipo de trabajo, que ha captado el interés del sector privado. La mesa textil creada el 14 de julio se reúne hasta tres veces a la semana y los empresarios de la industria forestal y acuícola consideran que sus rubros están prácticamente destrabados.

Es clave, además, darles más empuje a los CITE porque el beneficio social de su trabajo, cuando está bien hecho, es altísimo. Produce proyecta tener 47 CITE al final del Gobierno y la condición es que cada uno esté instalado alrededor de un clúster productivo. Hay 47 clústeres distintos que permitirían no solo diversificar la matriz de productos que exportamos, sino las regiones en las que se produce más y, por lo tanto, tienen mejores posibilidades de desarrollo.

Esperemos que los esfuerzos llevados a cabo desde la cartera del ministro Piero Ghezzi no sean desechados por el próximo gobierno.

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