Editorial: Soplan buenos vientos, pero…

Habrá que estar atentos a la acentuación del fenómeno del El Niño, lo cual comprometería el gasto de prevención que ejecuta el Gobierno.

CRECIMIENTO. Finanzas y seguros, minería e hidrocarburos, y agricultura impulsaron el PBI de junio –que creció 3.87% respecto del mismo mes del 2014–. Construcción y manufactura, por su parte, volvieron a caer y opacaron la recuperación que la producción nacional mostró durante el segundo trimestre del año. Ambos suman un peso de 21.6% en el PBI total, lo que significa que más de la quinta parte de la economía peruana continúa de capa caída.

Según el INEI, julio tendría resultados similares y lo novedoso sería un repunte de la construcción. Si ese buen augurio se confirma, habría que esperar que los analistas pongan un freno a sus revisiones a la baja para el PBI del 2015, las cuales ahora se ubican por debajo del estimado del BCR (3.9%). Recién en setiembre, el instituto emisor divulgará su tercer reporte de inflación del año, que contendrá una actualización de su estimación del PBI.

Hablando de inflación, se trata de uno de los riesgos que enfrenta la recuperación de la producción. De momento, la tasa anualizada se encuentra por encima del rango meta del BCR, que la semana pasada decidió mantener su tasa de interés de referencia, precisamente porque las expectativas inflacionarias se han incrementado. El salto que está registrando el tipo de cambio tendrá una incidencia en los precios así como en el costo del crédito.

Otro riesgo es el sector externo. También la semana pasada, China devaluó su moneda, con lo que mejorará la competitividad de sus exportaciones. Esto tendrá un impacto negativo sobre la inflación en el Perú, aunque uno positivo sobre nuestras exportaciones –en rojo por la caída de los precios de los metales, ocasionados por la reducción de la demanda china–. El temor de una subida de las tasas de interés en Estados Unidos es otro factor de riesgo.

Por último, habrá que estar atentos a la acentuación del fenómeno de El Niño, pues comprometería el gasto de prevención que está ejecutando el Gobierno, así como a los adelantos de la campaña navideña –que se reflejan en las importaciones desde agosto–. En suma, soplan buenos vientos, pero no hay que descuidar los riesgos.

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