DIÁLOGO. El presidente Kuczynski y la lideresa de Fuerza Popular se reunirán después de varios meses en que diversos sectores han señalado la necesidad de lograr algún tipo de consenso político para avanzar en el desarrollo del país.
Para que el segundo encuentro entre Kuczynski y Fujimori funcione debe ser sincero, y al no contar con un mediador, el esfuerzo de ambos será mayor. Si bien el Gobierno podría plantear también un par de temas para la conversación, lo más conveniente sería no tener una “lista de lavandería” sino concentrarse en puntos muy relevantes. Si logran acuerdos en al menos un solo aspecto, se habrá dado un paso adelante.
Hay que tener cuidado en que los temas a conversar no sean aquellos donde ambas partes han mostrado claras discordias. Dado que aún no se inicia el proceso de reconstrucción, hay posibilidad de lograr consensos en su ejecución y conseguir que los procesos se lleven a cabo en el menor tiempo posible y sin grandes tropiezos. Ello significaría una inyección de S/ 20,000 millones en los próximos tres años. En la lucha contra la corrupción si bien no hay puntos de coincidencia, la elección del nuevo contralor sí puede llevar a acuerdos. En cambio, el combate a la inseguridad ciudadana puede generar más de una fricción, dada la discrepancia que tiene el fujimorismo del ministro del Interior.
Ahora bien, sería muy ingenuo no reconocer que ambas partes acuden al diálogo obligadas por las circunstancias. La situación económica tiene al Gobierno contra las cuerdas, pues la gente va sintiendo en el bolsillo la reducción en el crecimiento. Además, el ambiente político está muy crispado, la población resiente la falta de manejo del Gobierno y la actitud del Congreso de “bajarse ministros cada dos semanas”, según PPK.
La invitación de Keiko Fujimori no está desconectada de la decisión de iniciar un proceso sancionador a su hermano Kenji, cuyas declaraciones se han convertido en una piedra en el zapato por el protagonismo que está asumiendo. Justamente, Keiko busca recuperar el espacio que puede estar perdiendo en la opinión pública.
La cita del próximo martes no puede repetir la imagen para la foto de la reunión con el cardenal Cipriani. Dado que una sola reunión no basta para transformar el diálogo en acciones concretas, será importante que al final se presenten al país los avances que puedan obtenerse, así como el esquema que podría tener el diálogo en siguientes encuentros. El receso de la labor congresal baja la intensidad de la beligerancia y abre una ventana de oportunidad para que el diálogo pueda ser eficaz.