Cuando Barack Obama firmó la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) en 2012, la ciudad de Denver (Colorado) fue una de las primeras en sacarles provecho.
En sus escuelas públicas, la mayoría del alumnado es hispano, entonces qué mejor opción que los dreamers para ocupar las plazas de los docentes.
Las aulas, sin embargo, podrían quedar vacías si es que Estados Unidos no mantiene la protección a los soñadores.
Según el Instituto de Política de Migración, las escuelas norteamericanas se quedarían sin 20,000 maestros que llegaron al país de las oportunidades cuando apenas eran niños.
Estos profesores ‘dreamers’ quedarían indocumentados y, por ende, no podrían renovar sus licencias de trabajo.
La ventaja de estos profesores recae en algo tan simple como el lenguaje. “Es muy difícil conseguir buenos maestros, y más aún si son bilingües y que puedan conectar mejor con los estudiantes, señaló a EFE Tom Boasberg una de las autoridades escolares que más ha defendido la DACA.
Pero la decisión de Donald Trump de ponerle fin a la protección de los ‘dreamers’ no solo afecta a Colorado, en California hay 5,000 maestros en el regimen. Nueva York cuenta con 2,000 y Texas con la misma cantidad.
Los demás se encuentran trabajando en Pensilvania, Nueva Jersey, Carolina del Norte, Illinois, Florida, Maryland y Arizona.