(AFP).- Antes de ceder el poder en enero, el presidente estadounidense Barack Obama intentará reforzar en Perú las sanciones contra Corea del Norte por su amenaza nuclear.
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El presidente estadounidense Barack Obama se despidió el viernes de los dirigentes europeos y llegó por la noche a Perú para participar de la cumbre de la APEC, que reúne en Lima a 21 dirigentes de la zona Asia-Pacífico.
En esta última etapa en el extranjero como jefe de Estado, Barack Obama reiterará su firmeza ante Corea del Norte, que en estos últimos meses multiplicó los ensayos nucleares y los tiros de mísiles balísticos, violando todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Bajo la presidencia de Barack Obama, Washington se mostró inflexible en su rechazo a una Corea del Norte nuclear. Sometió todo diálogo a la condición de un compromiso tangible hacia la desnuclearización.
Pero no supo frenar la carrera trepidante de Pyongyang, y el régimen dictatorial progresa hacia su objetivo oficial: amenazar al territorio estadounidense con el fuego nuclear.
Este último golpe diplomático interviene algunas semanas antes de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos, el 20 de enero. Una fase de transición delicada de la que podría aprovecharse Corea del Norte para poner a prueba a Trump, novato en política y sin ninguna experiencia en diplomacia.
En su campaña, el millonario sembró dudas en Asia, zona central de la política exterior de Barack Obama, sugiriendo que Japón y Corea del Sur se dotan del arma atómica frente a la amenaza norcoreana.
Durante una entrevista con AFP antes del último viaje de Obama, su consejera en seguridad nacional, Susan Rice, afirmó que Estados Unidos haría bloque con sus aliados en Naciones Unidas para “presionar al máximo a Corea del Norte”.
“Vemos el desarrollo de sus capacidades (nucleares) como una amenaza seria contra nuestros intereses y los de nuestros aliados”, declaró.
‘Una amenaza seria’
Desde su primera prueba nuclear en 2006, Corea del Norte recibió cinco sanciones de la ONU. El Consejo de Seguridad debate actualmente qué respuesta dar al último ensayo nuclear de septiembre. Según los diplomáticos, la decisión podría alcanzar a las exportaciones de carbón hacia China, una fuente de ingresos vital para el régimen norcoreano.
Las sanciones precedentes de Naciones Unidas no impidieron que este país aumentara en 60% sus exportaciones de carbón, generando ingresos mensuales de más de 100 millones de dólares.
Según otro funcionario estadounidense, el tema estará en el centro del encuentro de Obama con Xi Jinping, previsto este sábado al margen de la cumbre de la APEC.
El régimen norcoreano gastó miles de millones de dólares para su programa de armamento, estiman los expertos, en un país en el que 18 de sus 25 millones de habitantes sufren penurias alimenticias según el gobierno japonés.
Washington empuja en favor “de nuevas sanciones fuertes, con el objetivo de limitar las capacidades del régimen norcoreano para financiar sus programas nucleares y balísticos”, declaró a AFP un alto funcionario estadounidense.
“El objetivo no es presionar porque sí. Tratamos de obligar a Corea del Norte a tomar una buena decisión”, agregó.
Durante mucho tiempo Pekín no hizo demasiado para sancionar a su aliado, en particular por el miedo a recibir manadas de refugiados en caso de que se desplomara la economía norcoreana.
Pero, este año, las autoridades chinas lanzaron una investigación sobre una empresa local sospechada de contribuir con el programa nuclear de Pyongyang.
China “tomó medidas sin precedentes para reforzar la presión sobre Corea del Norte”, subrayó este alto responsable estadounidense.