Washington (Reuters).- Doce años después de que comenzó la “guerra contra el terrorismo”, el presidente Barack Obama quiere alejar a Estados Unidos de algunos de los aspectos más controvertidos de su lucha global contra los milicianos islamistas.
En un importante discurso sobre política el jueves, Obama redujo el alcance de la campaña de asesinatos usando aviones no tripulados contra Al Qaeda y sus aliados y tomó medidas hacia el cierre de la prisión militar en Bahía de Guantánamo, Cuba.
El mandatario reconoció el uso previo de “tortura” en interrogatorios estadounidenses, expresó remordimiento por las víctimas civiles en ataques con aviones no tripulados y dijo que el centro de detención de Guantánamo “se ha convertido en un símbolo en todo el mundo de unos Estados Unidos que desafían el imperio de la ley”.
Luego de iniciar costosas guerras en Irak y Afganistán, Estados Unidos se está cansando del conflicto. Mientras que el combate al terrorismo aún es una prioridad alta para la Casa Blanca, los sondeos muestran por amplios márgenes que las principales inquietudes de los estadounidenses son la economía y preocupaciones domésticas como los servicios de salud.
“Hemos estado en guerra por más de una década”, dijo Obama al comienzo de su alocución. Cerca del final, agregó: “Pero esta guerra, como todas las guerras, debe terminar”.
Aunque orientado inicialmente a una audiencia doméstica, el discurso de Obama en la Universidad de Defensa Nacional de Washington también fue un hito en su campaña para remodelar la imagen global de Estados Unidos, particularmente en el mundo islámico.
Pero enfrenta obstáculos de sus oponentes en el Congreso que tratarán de bloquear el cierre de la prisión de Guantánamo y rechazan su llamado para derogar la Autorización para el Uso de la Fuerza Militar aprobado poco después de los ataques del 11 de septiembre del 2001. Esta es la base legal para buena parte de la “guerra contra el terrorismo”.
Enfrentando las críticas sobre las víctimas civiles en ataques con vehículos aéreos no tripulados, Obama dijo que Washington sólo usaría esas ofensivas cuando una amenaza sea “continua e inminente”, un cambio matizado desde la política previa de lanzar ataques contra una amenaza significativa.
Bajo la nueva guía presidencial firmada por Obama esta semana, el Departamento de Defensa también relevará el control de la CIA en algunas operaciones letales con naves no tripuladas.
Esto sometería los ataques de este tipo a un mayor escrutinio del Congreso y podría llevar a que el Pentágono asuma estas operaciones en Yemen, pero no en Pakistán, donde la CIA probablemente continuará operando el programa.
Con el líder de al Qaeda Osama bin Laden muerto en una incursión estadounidense en el 2011, una gran cantidad de importantes miembros del grupo eliminados en ataques con aviones no tripulados y el rol de las fuerzas estadounidenses en Afganistán declinando, Obama dejó en claro que es hora para un cambio en la política.
“Más allá de Afganistán, debemos definir nuestro esfuerzo no como una “guerra contra el terrorismo” sin límites sino como una serie de esfuerzos persistentes y focalizados para desmantelar redes específicas de extremistas violentos que amenazan a Estados Unidos”, declaró Obama.
Pakistán dijo que apreciaba el reconocimiento de Obama que utilizar solo la fuerza no funcionaba, añadiendo que las raíces del terrorismo deben ser abordadas.
“Sobre el uso de ataques con aviones no tripulados, el Gobierno de Pakistán ha mantenido que son contraproducentes, conllevan la pérdida de vidas inocentes, tienen implicaciones de derechos humanos y humanitarias y violan los principios de soberanía nacional, integridad territorial y ley internacional”, djo la Cancillería en un comunicado.
Grupos de derechos humanos celebraron en su mayoría las palabras de Obama que Estados Unidos no podía permanecer en un “camino de guerra perpetua al terrorismo”, pero algunos activistas dijeron que el mandatario no fue demasiado lejos.
La cantidad de ataques con aviones no tripulados disminuyó en el último año tras llegar a un récord a mitad del primer mandato de Obama.