Tras una votación reñida, el máximo tribunal electoral de Brasil avaló por cuatro votos contra tres que el presidente Michel Temer permanezca en el cargo.
Aunque esta decisión es un alivio momentáneo para el mandatario brasileño, ya que no será destituido por esta vía, aún tiene otros procesos abiertos con la justicia de su país.
Temer era acusado de haber recibido financiamiento ilegal en la campaña de 2014, una victoria para el asediado mandatario, quien aún debe enfrentar una investigación por corrupción.
Pese a esta victoria, Temer enfrentaría cargos de obstrucción a la justicia y de corrupción por acusaciones de que aprobó el soborno de un potencial testigo en la pesquisa por corrupción “Lavado de Autos”.
El mes pasado, el Supremo Tribunal Federal autorizó una investigación al mandatario.
Temer, un tercio de su gabinete y decenas de legisladores son investigados por corrupción, lo que pone en riesgo la aprobación en el Congreso de medidas de austeridad que quiere el gobierno. Se considera que esas medidas son clave para recuperar la confianza de los inversores en Brasil.
El jueves, el TSE votó 4-3 para no incluir el testimonio de ejecutivos de Odebrecht SA después de que el juez Gilmar Mendes, que preside el tribunal, dijo que cualquier fallo tendrá que tomar en cuenta la estabilidad de Brasil y no debería obligar a Temer a renunciar por una razón menor o injustificada.
La exclusión de esa evidencia fortaleció los argumentos de la defensa de Temer. Analistas consideran que es una buena señal de que la corte fallará a favor del presidente y que mantendrá los resultados de la elecciones de 2014.