(Reuters) Hillary Clinton y Donald Trump mostraron visiones opuestas sobre la economía de Estados Unidos en el final de la campaña para las elecciones, con la candidata demócrata a la presidencia alabando el último reporte de empleo y el republicano descalificándolo como un desastre fraudulento.
A cuatro días de la votación, los candidatos se atacaron con dureza, diciendo que su rival no es apto para llegar a la Casa Blanca, en el esfuerzo final de las campañas por reunir votos en los estados “péndulo” que podrían decidir el resultado el martes.
En un acto en Pittsburgh, Clinton se mostró optimista tras el reporte oficial que mostró que los empleadores mantuvieron en octubre un sólido ritmo de contrataciones y elevaron los salarios de los trabajadores.
“Creo que nuestra economía se encamina a despegar y progresar. Cuando la clase media prospera, Estados Unidos prospera”, manifestó Clinton.
Pero Trump no se mostró de acuerdo con la ex primera dama y dijo ante una multitud en Nuevo Hampshire que el reporte es “un desastre absoluto” y que está sesgado por la gran cantidad de gente que ya no busca trabajo y está fuera del mercado. “Nadie se cree esos números. Los datos que presentaron son falsos”, afirmó.
La economía y la visión de los candidatos para el futuro podrían ser vitales para votantes de estados como Ohio, Pensilvania y Michigan.
La brecha en la carrera por la Casa Blanca se redujo significativamente la semana pasada debido a que varios estados que Trump necesita ganar dejaron de favorecer a Clinton, según el proyecto States of the Nation de Reuters/Ipsos.
Los candidatos aparecen empatados en Florida y Carolina del Norte y la ventaja de Clinton en Michigan se ha reducido tanto que la disputa por ese estado será reñida. Ohio sigue estando peleado y Pensilvania ahora se está inclinando por la demócrata.
Clinton aún es la favorita para ganar el martes, pero Trump tiene ahora una ruta plausible para la victoria, especialmente si hubiera una fuerte caída en la participación de afroamericanos respecto a los niveles de los comicios del 2012.
La carrera se volvió más reñida en la semana desde que el director del FBI, James Comey, reveló la existencia de más correos electrónicos posiblemente vinculados al servidor privado que usó Clinton cuando era secretaria de Estado.
Ese anuncio, que no indicó que Clinton haya incurrido en irregularidades, dio a Trump la oportunidad que necesitaba para cambiar el foco de atención desde acusaciones de acoso sexual en su contra, que el republicano ha negado reiteradamente.