Seúl (Reuters).- Un día después de desairar a Seúl por ofrecer el envío de un funcionario de bajo nivel para mantener las supuestas primeras conversaciones de alto perfil entre Corea del Norte y Corea del Sur en seis años, Pyongyang pareció negarse el miércoles a responder una línea telefónica restablecida apenas días atrás.
La impredecible Corea del Norte había convocado a conversaciones entre ambos países para intentar reabrir un parque industrial conjunto que cerró en abril después de amenazar a Corea del Sur con una aniquilación nuclear.
Se preveía que los dos días de conversaciones comenzaran el miércoles, pero fracasaron por el desacuerdo sobre la jerarquía de los delegados.
Dos intentos de Seúl el miércoles para que funcionarios de Corea del Norte usen una línea telefónica de la Cruz Roja, que fue cerrada este año por Pyongyang en medio de tensiones, fracasaron, según el Ministerio de Unificación en la capital surcoreana.
El ministerio dijo que realizó llamadas a las 09:00 hora local (0000 GMT) del miércoles para restablecer contacto y a las 16:00 hora local, pero no obtuvo respuesta. Corea del Norte no ha hecho comentarios sobre las llamadas.
Las conversaciones habían sido señaladas como un posible avance para reabrir el parque industrial Kaesong, ubicado en la frontera entre ambos países.
El parque genera 90 millones de dólares al año en salarios para Corea del Norte, cuya economía es más pequeña que hace 20 años.
El fracaso de Pyongyang para participar en las conversaciones en Seúl parecían ensombrecer las perspectivas de una mejora en las relaciones entre ambas partes, aún técnicamente en guerra después de que su conflicto civil de 1950 a 1953 culminó en una simple tregua.
Tras la cancelación de las negociaciones, la oficina de la presidencia de Corea del Sur acusó a Pyongyang de intentar humillarla con sus planes de enviar un funcionario de bajo nivel.
China, el principal aliado diplomático de Corea del Norte, ha instado al hermético país a volver a las conversaciones después de que Pyongyang realizó su tercera prueba de armas nucleares en febrero.
Pekín respaldó las sanciones que la ONU impuso a Corea del Norte después de esa prueba.