Edgar Alarcón, el Contralor General de la República, lleva más de 20 años en la Contraloría; sin embargo, en los últimos días se encuentra en el ojo de la tormenta.

Unos audios delataron que el Contralor solicitó al auditor Walter Grados que retire una denuncia por la compraventa de decenas de vehículos de lujo cuando este era vicecontralor.

Sin embargo, esta no es la única denuncia. El mismo auditor acusó a Alarcón de facilitar la liquidación a una funcionaria, de su institución, quien era su pareja, por el monto de 227 mil soles en el 2010. Esto generó que la Primera Fiscalía Anticorrupción abra una indagación al respecto.

Además, al contralor se le asocia con dos asesores en comunicaciones que tienen vínculos con el partido fujimorista. Dicho partido posee mayoría absoluta en el Congreso, institución que se encarga de nombrar el cargo de Contralor.

Por otro lado, el gobierno de turno y su bancada oficialista demandan su renuncia a raíz del informe del aeropuerto de Chinchero.

Este último documento no solo provocó la renuncia del exministro y vicepresidente de la República, Martín Vizcarra, del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, sino que también fue blanco de diversas críticas por la falta de rigurosidad en su análisis y por sugerir la denuncia penal a 10 funcionarios envueltos en el caso Chinchero.

Pese a que el Contralor manifestó que no renunciará al cargo, su destino parece próximo a resolverse.