EFE.- Autoridades del continente americano alertaron hoy en un foro en Costa Rica sobre la necesidad de crear mecanismos de cooperación entre los países de la región para afrontar los flujos de migrantes y combatir las causas de la migración forzosa e irregular.
“Hacemos un llamado a que trabajemos juntos y reafirmemos la contribución positiva de los migrantes al crecimiento inclusivo y al desarrollo sostenible. A que avancemos en el desarrollo de mecanismos de cooperación y colaboración entre los países para abordar este fenómeno de forma ordenada y segura”, afirmó el canciller costarricense, Manuel González.
Autoridades de los 33 países que forman parte de la Organización de los Estados Americanos (OEA) se encuentran en Costa Rica en el marco del “Foro de Alto Nivel sobre los Flujos de Migrantes en situación migratoria irregular en las Américas”.
“América tiene una condición especial de migración: el 94 % de la migración va del sur al norte, hacia Estados Unidos y Canadá, por eso las políticas que ahí se generan, provocan una migración intrarregional. Cualquier política va a afectar en todo el continente”, explicó la directora general adjunta de la Organización Internacional para las Migraciones, Laura Thompson.
Entre los principales desafíos que deben superar los migrantes se encuentra el impedimento para cruzar la frontera, la obligación de transitar en zonas de difícil acceso, el alojamiento poco adecuado y la escasa atención en salud básica, así como la irregularidad de estas personas, que las hace vulnerables al tráfico y a la trata.
Los expertos señalaron en el foro que no es posible obtener resultados favorables si no hay compromisos políticos de los Estados para crear un cambio frontal e integral de combate a la delincuencia.
El evento, de dos días de duración, no busca establecer políticas, sino ser un espacio de intercambio de información y buenas prácticas para que los Estados pueden abordar con la suficiente amplitud cómo responder en un proceso de flujos migratorios, particularmente de extracontinentales.
“Hay una dificultad principal, que es la lejanía del Estado con los migrantes, los que se preocupan más son los países de destino y eso lo aprovechan los traficantes y tratantes para violar los derechos de estas personas. Por esto se debe realizar un abordaje colectivo, con perspectiva hemisférica de responsabilidad compartida”, indicó en conferencia de prensa el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
La articulación de políticas y acciones es fundamental para las autoridades, ya que no hay un país que pueda dar una solución de forma aislada.
En el foro los expertos también reiteraron la necesidad de combatir las causas de la migración forzosa e irregular, como los conflictos, la violencia, la pobreza, la falta de oportunidades, los desastres naturales, el cambio climático y la inestabilidad política en los países.
Datos divulgados en la actividad indican que Estados Unidos es el país de destino más importante para los migrantes de América, cinco de cada seis tiene como fin llegar a esa nación.
Los flujos migratorios en el período 2011-2013 aumentaron un 17 % por año en los países de América Latina y el Caribe, según los datos divulgados en el evento.
En América, la mayoría de los migrantes proviene del mismo continente. Así, un 64 % de los que llegan al Caribe como migrantes procede de otra parte del mismo hemisferio; cifra que asciende a 63 % en el caso de la región Andina, un 44 % en el Cono Sur y un 32 % en Centroamérica.
Lo evaluado en el foro de alto nivel será reportado ante la OEA para que la Comisión de Asuntos Migratorios del organismo decida los pasos siguientes.
Este evento responde a un planteamiento que Costa Rica llevó a la OEA cuando enfrentó una crisis migratoria de miles de cubanos y extracontinentales, para que el organismo asumiera un rol más proactivo en la gestión de los flujos y que los Estados puedan encontrar una respuesta para atender estos nuevos fenómenos migratorios que se están presentando en la región.
Entre noviembre de 2015 y noviembre de 2016, más de 26,000 migrantes irregulares ingresaron a Costa Rica por la frontera con Panamá. De ellos más de 18,000 provenían de África y Haití. Todos buscaban movilizarse desde el sur del continente hacia el norte, precisamente Estados Unidos.