Ciudad del Vaticano (Reuters).- El Papa Francisco delineó el tono de un papado nuevo y más humilde el martes con un llamado a la defensa de los más débiles y del medio ambiente, diciendo que de esta manera se evitaba el triunfo de la muerte y la destrucción.
Dirigiéndose a unas 200,000 personas y muchos líderes extranjeros reunidos bajo un sol radiante en la Plaza de San Pedro, el Papa argentino subrayó su mensaje constante desde que fue elegido en un cónclave secreto de cardenales el miércoles pasado, que la misión de la Iglesia es defender a los pobres y desamparados.
En línea con ese mensaje, la misa en las escalinatas de la gigantesca Basílica de San Pedro fue más simple y una hora más corta que el esplendor barroco de la inauguración de su antecesor Benedicto XVI en el 2005.
La misa instaló formalmente a Francisco como el nuevo líder de los 1,200 millones de católicos del mundo.
La misión de la Iglesia “significa respetar a cada una de las criaturas de Dios y respetar el medio ambiente en que vivimos. Significa proteger a las personas, mostrando preocupación amorosa por cada persona, especialmente por los niños, los ancianos, los necesitados, que suelen ser los últimos en los que pensamos”, dijo en la homilía.
El mensaje estuvo en línea con las enseñanzas de San Francisco de Asís del siglo XIII, por quien el Papa tomó su nombre y quien es un símbolo de pobreza, sencillez, caridad y amor por la naturaleza.
El Papa dijo que cuando los humanos fallaban en cuidar el medio ambiente y a los demás, “se abre un camino a la destrucción y los corazones se endurecen. Trágicamente en cada período de la historia hay Herodes que complotan para la muerte, para sembrar el caos y dañan el carácter de hombres y mujeres”.
La simpleza característica de Francisco, el primer Papa jesuita, ha alimentado las esperanzas de cambio y renovación en una Iglesia afectada por una profunda crisis global.
“Para mí esta llamada a la humildad y al servicio hacia los demás marcará su papado (…) Es una brisa de aire fresco que está soplando en toda la Iglesia y el nombre de esa brisa es Francisco”, dijo el cardenal argentino Leonardo Sandri a Reuters.
Esa reacción fue compartida por muchos.
“Es una persona simple, humilde, no es como los papas intocables, parece una persona normal a quien se puede acceder”, dijo el electricista argentino Cirigliano Valentin, de 51 años, quien trabaja en el sur de Italia.
Francisco hereda una Iglesia salpicada por escándalos de abusos sexuales a niños por parte de curas y la filtración de documentos confidenciales que muestran corrupción y rivalidad entre los cardenales dentro de la Curia.
También ha sido acusado por algunos críticos en Argentina por no hacer lo suficiente para oponerse a los abusos de derechos humanos cometidos bajo un Gobierno militar durante la llamada “guerra sucia” de 1976-1983 cuando unas 30,000 personas fueron secuestradas y asesinadas. El Vaticano ha negado rotundamente la acusación.
En su homilía, el Papa pidió a los líderes mundiales que sean “protectores de los demás y del medio ambiente (…) no nos olvidemos que el odio, la envidia y el orgullo contaminan nuestras vidas. Ser protectores, entonces, también significa vigilar nuestras emociones, nuestros corazones”.