(Reuters) El arresto del ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva desató una fuerte corriente alcista en los mercados, pero una vez que pase la euforia los inversores aún tendrán que preocuparse por el desorden político y una economía sumergida en una profunda recesión.
La detención de Lula para ser interrogado, en una investigación por sobornos y lavado de dinero, y las repercusiones para su protegida y sucesora, la presidenta Dilma Rousseff, provocaron un alza del índice bursátil Bovespa de más de un 5 por ciento, lo que llevó el avance en dos días a casi un 10%.
Inversores culpan a Rousseff por políticas de gasto que aumentaron un déficit presupuestario y aceleraron la inflación, problemas que se han sumado a una crisis política que ha sacudido al país en los 16 meses desde que ganó la reelección como la candidata del izquierdista Partido de los Trabajadores.
La aparición de Lula como un objetivo de la investigación, que comenzó con pesquisas a sobornos y contratos inflados en la petrolera estatal Petrobras, es claramente una mala noticia para Rousseff. No obstante, no está nada claro que pronto haya un Gobierno más amable con los mercados.
“No creo que sea positivo para los mercados para nada, en el sentido de que Lula probablemente lleve a los sindicatos y a los movimientos sociales a las calles”, dijo Jorge Piedrahita, presidente ejecutivo de la correduría Torino Capital. “Esto significa que las cosas en Brasil se pondrán peores antes de que mejoren. Yo estaría aprovechando estas alzas para vender”.
Maarten-Jan Bakkum, estratega de inversión de NN Investment Partners en La Haya, dijo que espera que Rousseff “eventualmente enfrente un juicio político, pero que el problema hasta entonces es que hay una gran crisis fiscal que resolver” con un costoso déficit y crecientes niveles de deuda. “Un nuevo Gobierno puede resolverlo pero podemos estar a un año de eso”, dijo Bakkum. “Por eso no estoy comprando”, agregó.
Según Pablo Cisilino, gestor de cartera de Stone Harbor, una empresa de inversión en renta fija “hace un mes la posibilidad de un juicio político era muy baja (…) y de pronto el panorama ha cambiado”.
“Cualquier cosa que vaya en la dirección de una solución política en Brasil es positiva”, agregó.