La abogada Liza Ramos Dávila, designada por Keiko Fujimori, anunció que el 43° Juzgado Penal de Lima concedió la apelación al hábeas corpus presentado, y el caso será derivado a la Segunda Sala Penal para su revisión.
“Los derechos del expresidente Alberto Fujimori fueron vulnerados en la sentencia dictada por la Sala Penal Especial de la Corte Suprema, y esa es la base de nuestra demanda de hábeas corpus. El fundamento de nuestro pedido difiere de los dos (hábeas corpus) anteriores autorizados por Alberto Fujimori”, señaló.
Ramos sostiene que el objetivo de esta demanda es declarar nula la sentencia que condenó al ex presidente, pues contiene serias violaciones a sus derechos fundamentales, que hoy impiden su libertad.
“Solicitamos que se declare nula esta sentencia elaborada de manera premeditada. Se buscó condenarlo a partir de arbitrariedades que hoy impiden la libertad del expresidente Fujimori”, indicó.
Afirmó que, en primer lugar, “se impidió el indulto al mencionar que Alberto Fujimori fue condenado por crímenes contra la humanidad, cuando eso no aplicaba a su caso. Hoy, ello ha quedado aclarado por el Tribunal Constitucional”.
En segundo lugar, “se evitó la concesión de beneficios penitenciarios imputándole un secuestro agravado que nunca fue agravado; y que quizá tampoco fue secuestro, pues los supuestos secuestradores aún están en juicio”, explicó.
Sobre esta última imputación, Ramos señaló que la figura legal de “secuestro agravado por trato cruel” no tiene ningún respaldo en los hechos del caso y fue prácticamente una imposición de la Sala que condenó a Fujimori.
“Nunca hubo maltrato, ni trato cruel contra los señores Gustavo Gorriti ni Samuel Dyer. Si nos remitimos a sus propias declaraciones, Gorriti sostiene que la persona que lo secuestró le preguntó, como jugando, ¿sabes a dónde vamos? Y le dijo no le iba a pasar nada, y que por eso no estaba encapuchado. Luego siguieron conversando, y comentó que el supuesto secuestrador le dijo que el lugar donde lo tuvieron no era un hotel, pero era lo que tenían. “Voy a rezar por usted”, le dijo. Objetivamente, eso no tiene el significado de “trato cruel”, remarcó.