(Bloomberg) El gobierno de Venezuela está transmitiendo una realidad alternativa a los teléfonos móviles de sus ciudadanos.
En su mayor parte, la televisión guarda silencio sobre las cruentas protestas en momentos en que el presidente Nicolás Maduro impulsa una nueva constitución.
La gente, por su parte, recurre a formas visuales de medios sociales apenas disponibles para los venezolanos hace tres años: historias de Instagram y Snapchat, videos en vivo en Facebook y Twitter y chats de WhatsApp para transmitir y consumir información.
La oposición y el gobierno compiten para dar forma al relato nacional en ese plano. El gobierno de Maduro emite imágenes anodinas mientras que los manifestantes envían actualizaciones al minuto de los arrestos y la violencia.
Por ejemplo, el duelo de marchas del 1 de mayo en Caracas atrajo a miles de partidarios de ambos bandos. Mientras la oposición colocaba imágenes de soldados de la guardia nacional disparando gases lacrimógenos contra manifestantes, las cuentas progubernamentales mostraron a seguidores sonrientes vestidos de rojo en una manifestación pacífica.
Si bien el uso de teléfonos móviles se ha mantenido prácticamente plano durante los últimos tres años, el uso de Internet ha aumentado: la tasa de penetración entre los venezolanos ha aumentado de 44% a principios de 2014 a casi 62% en 2016, según los últimos datos de Conatel, el ente regulador de las telecomunicaciones.
“Ha habido un aumento de la cantidad de personas que usan teléfonos inteligentes, ya que saben que no hay información en los canales de televisión y las radios de los medios convencionales”, dijo Andrés Cañizalez, profesor de Comunicaciones de la Universidad Andrés Bello en Caracas.
“Los políticos opositores solían quejarse de que los medios tradicionales no les daban espacio, pero comprenden el cambio que se ha producido con los jóvenes ahora y se han vuelto hacia las redes sociales para transmitir su mensaje”, añadió.
Aún así, alrededor del 30% de la población no tiene acceso a una conexión a Internet ni a un teléfono inteligente y depende del gobierno y los canales de televisión de aire para obtener información, dijo.
Es por eso que el gobierno se movió con rapidez en lo relativo a cerrar o censurar los canales de televisión que difundían una cobertura que no le gustaba, dijo Cañizalez.
Mientras que Maduro ordenó una investigación a la unidad local de Movistar de Telefónica España el mes pasado, alegando que ayudó a los opositores a difundir mensajes de texto promoviendo protestas, el gobierno venezolano ahora compite en las redes sociales en lugar de cerrarlas.
“Para contrarrestar esta situación de hiperconectividad, el gobierno ha creado sus propias milicias digitales porque sabe que la gente está buscando información en otros lugares”, dijo Cañizalez.
Y agregó que “pero muchas personas sólo tienen acceso a mensajes de texto, y es por eso que el gobierno ha empezado a tratar de controlar eso”.