AFP.- La justicia italiana dicta sentencia el martes contra 34 represores sudamericanos acusados de la desaparición y muerte de más de 40 opositores en el marco del Plan Cóndor perpetrado por las dictaduras del Cono Sur en los años 70 y 80.
Se trata de la primera sentencia en Europa en relación con el dispositivo usado para secuestrar a opositores que había escapado de países vecinos, torturarlos y ejecutarlos o entregarlos a sus naciones de origen, y que afectó a numerosos ciudadanos italianos.
En la lista de acusados figuran 34 exmilitares y civiles de Bolivia, Chile, Perú y Uruguay, los cuales han sido acusados de la desaparición y muerte de 42 opositores, la mitad de ellos con nacionalidad italiana.
La mayoría de los represores fueron juzgados en ausencia, a excepción del uruguayo Néstor Tróccoli, capitán de navío y poseedor de pasaporte italiano, quien asistió a la primera audiencia del juicio celebrada en febrero del 2015 y reside libremente en Italia.
La situación jurídica de Troccoli, quien asegura que se limitó a cumplir órdenes de sus superiores, genera interrogantes ya el delito por el que ha sido acusado no prescribe.
Al término de dos años y 60 audiencias, durante las cuales comparecieron testimonios, expertos, familiares y compañeros de detención de las víctimas, los jueces de la Tercera Corte de Roma deberán emitir el fallo desde la sala de máxima de seguridad de la cárcel de Rebibbia, la misma donde se celebran los grandes juicios contra la mafia.
Los inculpados, la mayoría uruguayos, cuyas edades oscilan entre los 65 y 90 años y de los cuales seis murieron en estos dos años de proceso, fueron acusados de secuestro de persona y homicidio múltiple agravado y corren el riesgo de ser condenados a cadena perpetua.
La larga lucha para obtener justicia
Las investigaciones sobre la temida estrategia aplicada por los regímenes militares del Cono Sur fueron iniciadas hace más de quince años a raíz de las denuncias presentadas en Italia por los familiares de italianos asesinados o desaparecidos, entre ellos la italouruguaya Aurora Melloni, viuda de Alvaro Daniel Banfi, ametrallado junto a otros militantes de izquierda en octubre de 1974 cerca de Buenos Aires, en Argentina.
Tras una larga investigación, el fiscal italiano Giancarlo Capaldo, abrió juicio contra 34 exoficiales y civiles, agentes de la policía y de los servicios secretos de Chile, Uruguay, Bolivia y Perú.
Debido a una serie de impedimentos burocráticos, la justicia decidió juzgar por separado a 50 argentinos así como a varios paraguayos y brasileños por los mismos delitos.
En la lista de imputados figuran personalidades tristemente célebres, como el ex jefe de los servicios secretos chilenos Juan Manuel Contreras y el general Sergio Arellano Stark, comandante de la Caravana de la Muerte que recorrió Chile tras el golpe militar de 1973. Los dos murieron antes de que finalizara el juicio.
También falleció en diciembre, poco antes de su probable condena en Italia, el exdictador uruguayo Gregorio Álvarez, al poder de 1981 a 1985, detenido en su país por la desaparición de 40 personas trasladadas desde Argentina.
Durante su requisitoria, la fiscal Tiziana Cugini pidió la cadena perpetua para 27 de los acusados: dos bolivianos, siete chilenos, cuatro peruanos y catorce uruguayos y una absolución.
Familiares, políticos, representantes de derechos humanos de los países involucrados viajaron a Roma para asistir a la lectura de la sentencia, que para muchos resulta histórica, siendo la primera vez en más de 40 años que un tribunal se pronuncia sobre esos casos.
El vicepresidente de Uruguay, Raúl Sendic, en representación de su país, confirmó su asistencia a la lectura de la sentencia junto con representantes de la Institución Nacional de Derechos Humanos y de la Defensoría del Pueblo.
A pedido de Uruguay, país que se constituyó junto con Italia como parte civil, la desaparición de 20 ciudadanos de ese país pudo ser juzgada en Italia, lo que contempla el código penal.
“Se trata de un juicio histórico. Por primera vez se examinó un sistema como el Plan Cóndor”, reconoció el fiscal del caso.
Para muchos familiares, entre ellos los hijos del chileno Juan Montiglio, la hermana del fotógrafo chileno Juan Maino y la hija del exsacerdote italo-argentino Omar Venturelli, se luchó por obtener finalmente justicia.
“Ha sido un largo camino, pero lo logramos”, reconoció a la prensa Margarita Maino, hermana del fotógrafo desaparecido en 1976, cuyas fotos han sido expuestas por primera vez esta semana en Roma.