(Reuters) La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, pidió un nuevo referendo de independencia en Escocia para finales de 2018 o principios de 2019, una vez que se aclaren los términos de la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
La celebración de una votación que podría dividir al Reino Unido pocos meses antes del Brexit significaría un complicado giro de consecuencias inciertas en el proceso de dos años para abandonar la UE tras más de cuatro décadas de permanencia.
“Si Escocia tiene una elección real -cuando se conozcan los términos del ‘Brexit’, pero antes de que sea muy tarde para elegir nuestro camino- entonces esta elección debe ser ofrecida entre el otoño (boreal) del próximo año, 2018, y la primavera de 2019”, dijo Sturgeon a los periodistas.
Sus demandas llegan justo cuando la primera ministra británica, Theresa May, se apresta a activar el proceso de “Brexit”, algo a lo que se opuso la mayoría de escoceses en el referendo del pasado junio sobre la permanencia de Reino Unido en la UE.
En última instancia, es el Parlamento británico -donde May tiene mayoría- el que decide si Escocia puede celebrar un segundo plebiscito. No obstante, si May se niega a permitir una votación podría generar una crisis constitucional.
Este mes acusó al Partido Nacional Escocés de Sturgeon de sacrificar no solo a Reino Unido, sino también a Escocia con su “obsesión” por conseguir la independencia.
Sturgeon había dicho con anterioridad que quería que Escocia tuviera permiso para sellar su propio acuerdo con la UE y poder mantener así su acceso al mercado único del bloque. Sin embargo, el lunes dijo que sus esfuerzos chocaron con un “muro de ladrillo de intransigencia” en Londres.
“Si Reino Unido deja la UE sin que Escocia indique de antemano -o al menos dentro de un corto plazo posterior- que quiere una relación diferente con Europa, podríamos afrontar un largo periodo no solo fuera de la UE, sino también del mercado único”, comentó.