Enrique Peña Nieto, quien juramentó ayer como presidente de México y marcó el regreso al poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sentó como primer objetivo de su gobierno el mitigar la violencia causada por los cárteles de droga que dejó más de 6,000 fallecidos durante el mandato del ahora expresidente Felipe Calderón.
En medio de las protestas que acompañaron la asunción del cargo presidencial, Peña Nieto anunció un programa nacional de prevención del delito, que incluye rescatar espacios públicos, prevenir adicciones y activar programas productivos, según reportó Reuters.
“El Estado ha cedido importantes espacios, la inseguridad y la violencia han robado la paz y libertad de diversas comunidades del territorio nacional —dijo Peña, de 46 años—; el primer eje de mi Gobierno es lograr un México en paz”.
En un encuentro posterior con las Fuerzas Armadas, Peña las instruyó a garantizar la seguridad interior del país, donde en los pasados seis años se descubrieron cuerpos desmembrados, en algunas regiones hubo balaceras a plena luz del día y crecieron las extorsiones, sobre todo a comerciantes.
Primeras reformas
El nuevo mandatario pidió apoyo para dos reformas que aún prepara, una fiscal y otra energética, que considera vitales para sostener sus programas sociales y garantizar un crecimiento económico robusto de su país.
“México ahora está listo para despuntar en el mundo del siglo XXI. Así, lo reconocen ya, observadores políticos y económicos, nacionales y extranjeros. Todos coinciden en que tenemos una oportunidad histórica para proyectar a México, hasta convertirlo en una potencia, como lo merece ser”, dijo.
En los próximos días, dijo, presentará al Congreso un proyecto de presupuesto fiscal 2013 balanceado; otro para ordenar el endeudamiento de los gobiernos locales y uno para generar mayor competencia en telecomunicaciones. También planea licitar dos nuevas cadenas de televisión abierta.