(Reuters) Dos paradigmáticos juicios de corrupción y el primer obstáculo para una crucial reforma de pensiones convierten a abril en un mes crítico para la presidencia de Michel Temer en Brasil.
Un juez de la Corte Suprema debería levantar el secreto sobre un testimonio por delación premiada que podría conducir a la salida de cinco ministros. Y el plan de reforma de Temer al sistema de pensiones de Brasil -clave para sus planes de restaurar la disciplina fiscal- enfrenta una primera votación parlamentaria a mediados de abril.
Pero es la apertura el martes de un caso ante el Supremo Tribunal Electoral el que podría hacer más daño al anular la elección en 2014 de la impugnada presidenta Dilma Rousseff y su compañero de fórmula en la vicepresidencia, Temer, por financiamiento ilegal de campaña.
Es la primera vez que la corte resolverá sobre un presidente en funciones. Una decisión de anular la elección pondría fin a la presidencia de Temer y requeriría que el Congreso actúe para elegir a su sucesor dentro de 30 días.
Se prevé que el juez del TSE encargado de estudiar el caso, Herman Benjamin, recomiende que la corte anule la elección en un informe de 1,086 páginas entregado la semana pasada.
Si la mayoría del tribunal de siete miembros concuerda, Temer, un abogado constitucionalista, ha dicho que tiene varias herramientas para apelar, incluyendo remitir el caso a la sobrecargada Corte Suprema.
El ministro de Transparencia, Torquato Jardim, cree que el tiempo está del lado de Temer porque el proceso de apelación es tan lento, que el caso se extendería hasta que expire el mandato de Temer a fines de 2018.
“En términos prácticos, esto significa que el presidente Temer no saldrá del cargo hasta el 1 de enero de 2019”, comentó a Reuters Jardim, un abogado y amigo del mandatario.