En el proceso electoral peruano no hay cabida para adivinadores y pitonisas, al menos no la han tenido hasta ahora. Y esto porque las elecciones presidenciales celebradas en los últimos 15 años siempre han tenido un resultado común: se resolvieron en segundo vuelta a favor del candidato que siempre fue derrotado en el sufragio anterior.
Así, en las elecciones del año 2001, convocadas por el presidente transitorio Valentín Paniagua, se enfrentaron en segunda vuelta Alejandro Toledo y Alan García Pérez. El primero se alzó con el triunfo al lograr el 53.1% de los votos, mientras que el candidato aprista solo alcanzó el 46.9%.
García Pérez, segundo en las elecciones del 2001, insistió en el 2006 y ganó por segunda vez la Presidencia de la República que una vez más se disputó en una segunda vuelta. En aquella ocasión, el nacionalista Ollanta Humala quedó relegado al segundo lugar.
Y la historia se repitió cinco años después. El comandante Humala, segundo en la segunda vuelta del 2006, sació sus deseos de dirigir al país. En las elecciones del 2011 obtuvo el 51.44% de los votos frente a Keiko Fujimori que solo pudo alcanzar el 48.55%.
Pero estos raros datos también se han cumplido respecto a los que quedaron segundos en la primera vuelta, pues son los que al final ganaron la Presidencia de la República.
Se dio en 1990. Alberto Fujimori fue segundo en la primera vuelta, detrás de Mario Vargas Llosa, y al final fue elegido Presidente de la República.
En el 2006, Alan García terminó segundo en la primera vuelta, por debajo de Ollanta Humala, pero ganó la segunda vuelta y fue proclamado por segunda vez Presidente de la República.
Nadie sabe si este proceso electoral se resolverá de la misma forma que los anteriores, pero los candidatos que se enfrentarán están avisados para que armen las estrategias que les permitan romper o mantener, según sus conveniencias, el curioso dato,