La retórica de Donald Trump y Angela Merkel sobre el comercio mundial no mostró ninguna señal de que los dos líderes están cerca de encontrar un terreno común.
En su primera reunión en la Casa Blanca desde la toma de posesión de Trump como presidente, Trump repitió sus quejas de que Estados Unidos había sido tratado “muy, muy injustamente” y elogió a los funcionarios de comercio alemanes por superar a sus homólogos estadounidenses.
“Los negociadores de Alemania han hecho un trabajo mucho mejor que los negociadores de Estados Unidos”, dijo Trump a periodistas en la Sala Este junto a Merkel el viernes. “Pero espero que podamos nivelarlo”.
Merkel, cuya visita al nuevo presidente estadounidense estuvo marcada por la fría distancia en sus apariciones públicas, tuvo que explicar que las negociaciones comerciales son un tema de la Unión Europea, no de su gobierno, y que no hay tales interlocutores alemanes.
“Hemos transferido competencias a la Unión Europea”, dijo Merkel. “Eso significa que la Comisión Europea negocia estos acuerdos de libre comercio”.
Brecha de percepción
La brecha en la percepción entre un presidente que lleva ocho semanas en el cargo y una canciller alemana que ha gobernado durante casi 12 años puede ser presagio del abismo cada vez mayor entre ambos lados del Atlántico.
Aunque Trump no respondió a las peticiones de los fotógrafos de un apretón de manos mientras él y Merkel se sentaron para hablar en la oficina oval, se saludaron cálidamente momentos antes cuando ella llegó.
En una mesa redonda de negocios, en la que la canciller alemana se sentó junto a Ivanka Trump, el presidente ignoró una pregunta que alguien gritó sobre si había utilizado su reunión para repetir las críticas que hizo durante su campaña presidencial a la política de Merkel de aceptar refugiados sirios.
Trump, quien como candidato calificó a la postura de Merkel sobre la inmigración de “insana”, ofreció pocos de los efusivos elogios que Merkel se acostumbró a recibir del ex presidente Barack Obama.
Por su parte, Merkel dejó claras las diferencias entre ambos, y varias veces se hizo eco del lenguaje del presidente de buscar un trato “justo”.
“Incluso si hay diferencias de opinión, vale la pena sentarnos”, manifestó Merkel. Las dos partes deben por lo menos esforzarse para encontrar “acuerdos que sean justos para ambos”.
La queja de Trump sobre el comercio refleja los comentarios del jefe de su Consejo Nacional de Comercio, Peter Navarro, con respecto al superávit comercial de Alemania, acusando a la mayor economía de Europa de explotar su posición dentro de la zona del euro para obtener ventaja. Él estuvo entre los asistentes a la conferencia de prensa. Merkel y su gobierno han rechazado esas acusaciones de absurdas.
“No creo en una política aislacionista, pero también creo que una política comercial debe ser una política justa”, señaló Trump.